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martes, 17 de enero de 2012

Los años convulsos de la transición



Yo fui un activista en los duros años de la transición (1973-1979). Militaba en un partido de extrema izquierda lo que me permitió asistir, aunque desde la marginalidad, a un proceso en que debatíamos, desde una óptica presuntamente revolucionaria, sobre todos los acontecimientos que estábamos viviendo. Además de la óptica del partido, tenía mi propia óptica personal que no coincidía en muchas ocasiones con la de mi formación política.

En aquellos años convulsos desde el asesinato de Carrero Blanco a la aprobación de la Constitución de 1977 y la victoria de Suárez en 1979, vivimos los que éramos jóvenes entonces la amalgama de diversos factores: la pervivencia de un aparato del poder que no quería ninguna evolución y era fiel al franquismo (aquí teníamos a sectores muy poderosos del aparato del estado y buena parte del ejército), un sector reformista que de acuerdo con el departamento de estado americano quería una evolución controlada, las fuerzas democráticas que abarcaban desde los democristianos a la izquierda que representaba el PCE que había optado por el llamado compromiso histórico y la reconciliación nacional, de modo que se pedía un sistema democrático convencional a cambio del olvido del pasado en todos los sentidos. Yo militaba extramuros de estas tendencias y pedíamos en nuestras manifestaciones y proclamas la disolución de cuerpos represivos (policía nacional, guardia civil, brigada político social, servicios de inteligencia del ejército) y el castigo para los torturadores y represores de las libertades.

Además estaba la presencia activa y terrible de ETA y el GRAPO, movimientos terroristas que pretendían dinamitar todo asesinando a generales y policías... de modo que parecía que pretendían producir un nuevo alzamiento del ejército y el estallido de una nueva guerra civil.

Los fascistas también colaboraban asesinando a abogados laboralistas, estudiantes, manifestantes...

Yo viví todo esto como militante reflexivo, pretendiendo en mi formación política una revolución maoísta que llevara a un nuevo horizonte justo y luminoso. No obstante, tenía mis serias dudas sobre este horizonte. Había leído lo suficiente acerca del comunismo para advertir que daba lugar a estados represivos de una crueldad estremecedora.

Participé en multitud de acciones y manifestaciones clandestinas, asambleas de universidad, instalé pancartas, corté calles en acciones relámpago, asistí a  misas por los asesinados de Vitoria, los abogados laboralistas de Atocha, promoví paros y huelgas y sobre todo, argumenté, respetando mis convicciones íntimas que ya no creían en aquella perspectiva revolucionaria maximalista que hubiera traído la dictadura del proletariado a aquella España tan frágil de los años setenta.

La transición no fue fácil y en ella todos los que participamos nos dimos cuenta de que se estaba caminando por el filo de la navaja y que todo podía estallar. El ejército era una presencia amenazadora que temíamos. Sabíamos que estaba siendo provocado para que interviniera en una connivencia extraña entre la  extrema derecha y la llamado vanguardia revolucionaria vasca a la que se añadía esa misteriosa secta llamada GRAPO.

¿Por qué cuento todo esto? Porque estos días con motivo de la muerte de Manuel Fraga, han aflorado comentarios en las redes, en la radio, en conversaciones espontáneas que lo señalan como un miembro de la dictadura, un protoasesino que firmó sentencias de muerte... a la vez que se señala la complicidad en aquella trampa histórica que fue la transición del rey y la clase política que se bajó los pantalones para aceptar un sistema corrupto y marcado por la traición a la memoria histórica que estaría condenada al olvido forzado. 

Rememoro aquellos años de turbulencias inimaginables hoy día, y veo con asombro que son muchas veces personas que no los vivieron en directo, porque eran niños o simplemente no habían nacido, los que más extremistas son a la hora de juzgar lo que allí sucedió como si todo hubiera sido blanco y negro, y todo hubiera sido fácil y cómodo. El sesgo que juzga la Constitución, al rey, a los padres de la Constitución, la clase política y el sistema instaurado a partir de aquellos años, como un remedo de democracia se abre camino entre los sectores más jóvenes que quieren pensar la historia en términos maniqueos.

Tal vez en aquel momento se tenía miedo a una nueva guerra civil o atemorizaba una intervención del ejército estilo al que se produjo en Chile con Pinochet. El sistema creado fue un intento de equilibrio entre nuestras expectativas máximas y el principio de realidad que nos fue delimitando nuestro campo de juego. Por supuesto que mi acción sirvió de bien poco, pero no me mantuve al margen. Entiendo que las nuevas generaciones quieran claridades y campos definidos que entonces no teníamos y sentíamos el aliento del miedo en nuestro cogote.

Aquel pacto extraño, que asombró al mundo, de la transición pacífica española hoy es puesto en cuestión y se busca algo cuyo alcance no soy capaz de comprender. Probablemente este sea el periodo más brillante políticamente de nuestra historia, pero se tiende a desmerecerlo y a desacreditarlo. Los que participamos en la transición todos somos personajes que navegamos entre las sombras, igual que Manuel Fraga, cuyas balas volaron por encima de mi cabeza en más de una ocasión. Pero no dejo de mirar con calor y comprensión tanto que hubo que hacer evolucionar en nuestras mentes en pos de un país democrático que aceptara en su seno a las dos Españas y no condujera a nuevas guerras civiles. Sobre todo esto está en la base de la transición, tan vituperada por quienes no la vivieron. 

33 comentarios :

  1. que amansó a los más extremistas, que ayudó a un país "libre"... pero todo eso después de formar parte de una cúpula muy oscura que no creía en la libertad, que encarcelaba y apaleaba por pensar diferente.
    yo no viví esa época, pero me rechina ver a Garzón (más allá desi la ley es justa o no) apaleado por la derecha extrema de este país por querer dignificar a los perdedores. Porque como Garzón hay miles, millones, que piensna igual. Y esa gente parece que aplaude lo que pasó en este país durante 40 años.
    ¿Fraga? Que descanse, que ya vivió bastante a costa del contribuyente.

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  2. En efecto, todos tenemos zonas oscuras. Por eso, aunque no nos guste el personaje (a mí no me gustaba), debemos reconocer que Fraga hizo posible (como otros muchos de diferentes ideologías) la transición. No en vano él mismo, al final de su tiempo, se quedaba, de su vida pública, con su labor como redactor de la Constitución.
    Fraga tuvo muchas zonas oscuras, pero supo evolucionar con su tiempo. No pagó su actuación en el franquismo: pero, ¿quién lo hizo?

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  3. Estoy un poco cansado de la escasa memoria para todo, para la economía y para las personas que fueron lo que fueron. El respeto a los muertos, pero también el respeto a los supervivientes y los que no pudieron serlo.

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  4. Pues la verdad es que al respecto, una vez más, no sé muy bien qué pensar. Esta vez será por culpa de la memoria que no tengo, supongo. Y el caso es que leo, y leo, y de todo lo leído hasta el momento me quedo con ésto: Muere impune Manuel Fraga: ministro franquista responsable del asesinato de trabajadores y estudiantes. Que cada cual llore a sus muertos. Y me quedo con ello porque me parece lo más justo. Me lo parece en su caso, y me lo parecería en el de cualquier otro siquiera con un solo muerto de por medio.

    No me da pena.

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  5. No te pronuncias, Joselu. NO entiendo el por qué.
    Aunque lo respeto profundamente.

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  6. En esta entrada has metido el dedo en la llaga.

    En Argentina tuvimos nuestra dictadura y cargamos nuestros muertos. La mayoría de los responsables han sido juzgados y cumplen prisión. Personalmente acuerdo con el hecho de juzgar a los que cometieron crímenes ostentando el poder del estado.
    Claro que diferente es nuestro caso en donde no hubo una guerra civil “declarada” sino un golpe de estado - al estilo del de Pinochet en Chile que mencionas en la entrada – supongo que esta situación oscurece aún más las cosas: muchos simpatizantes del golpe han quedado “claramente entre las sombras” y hasta han colaborado en él, muchos políticos apoyaron la dictadura “ma non troppo”, lo que da lugar a los “camaleonismos” post dictadura y a los vaciamientos económicos crónicos y en secuencia. En España después de la guerra hubo ganadores y perdedores, casi todos los actores se han sacado la careta, y se colocaron de uno u otro lado manifiestamente - creo-, esto coloca las cosas en términos de una gran dureza pero me parece que también otorga un lugar al llamado compromiso histórico y reconciliación nacional.(Es la imagen que construí desde afuera y con algunos personajes familiares involucrados en uno y otro bando) Hay más lugar, estimo, para sentarse a negociar sin-ceramente. El tema es: quien carga con los muertos....

    Hecha esta salvedad no estoy del todo segura de que a las sociedades les sea de utilidad el que se juzgue a los responsables. Quiero pensar que si, que a las sociedades nos sirve, que los Argentinos construiremos una sociedad mas justa después de haber juzgado los excesos.
    En fin Joselu, que no es sencillo.

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  7. Osselin, en ningún caso pensaba que no me pronunciaba. Te refieres a la figura de Fraga (?). Este post no era sobre él, aunque lo he tomado como referencia y he puesto su foto encabezando el post. El post era sobre la transición y lo que significó, y en ella, no cabe duda que fueron esenciales los traidores al sistema que habían jurado. Fue un traidor Suárez, que dinamitó el franquismo, y fue un traidor Torcuato Fernández Miranda,el presidente de las cortes españolas, y, por último, fue un traidor Fraga, que había sido miembro de un gobierno de Franco. Sin ellos, la transición hubiera sido mucho más dura y expuesta al estallido de fuerzas incontrolables. Fraga es una figura histórica a la que combatí, de la que me mofé en interminables chistes gallegos, pero que a su muerte me inspira una cierta ternura. Como decía Josep Ramoneda, fue un político que fue fiel a la dictadura y también fue fiel a la democracia consecuentemente. Es histórica su presencia en la manifestación tras el 23F junto a Marcelino Camacho. Su vida me suscitó tanta antipatía como, paradójicamente, su muerte me ha hecho descubrir un respeto por su figura que apenas sospechaba. Sin personas como él, hubiera sido más difícil lo que conseguimos, aunque, claro, si la postura es que vaya basura lo que conseguimos, no tiene mucho sentido mi argumento. Sobre Fraga pienso lo mismo que, cuando se produzca su muerte, sobre Santiago Carrillo ¿el asesino de Paracuellos? ¿El traidor al ideal comunista que trajo en aras de la reconciliación nacional un sistema
    oligárquico? Pienso que son figuras históricas, y sobre ellas cae una espesa zona de sombra, pero que no anula su virtualidad en la conformación de la historia. Para los dos mi respeto. Espero haberme definido más claramente.

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  8. Hola Joselu,
    Conozco la transición por documentales, por lo que he leído y por las conclusiones que he podido sacar. Por aquel entonces yo no era ni un proyecto de persona.
    Entiendo de aquél tiempo el miedo, en una sociedad marcada psicológicamente por la Guerra Civil y por los años de dictadura, tiempos de gran tensión política e ideológica y con una sociedad ansiosa de democracia. Supongo que es imprescindible entender el contexto de aquellos años para entender la transición. Y yo entiendo aquel proceso como uno de los pocos momentos en este país en que los dirigentes de la época apelaron al sentido común. Pasó, lo que suele pasar cuando dos partes (o más) con ideas contrarias quieren ante todo ponerse de acuerdo. Que hay que ceder. Y se cedió, pero unos más que otros.
    Y las consecuencias fueron que se aceptó esconder debajo de la alfombra lo sucedido en los 40 años anteriores y olvidarlo. Sin perdones, si reparar daños, aceptando que los que participaron de la causa franquista se vistieran de demócratas y siguieran teniendo altos cargos políticos.
    Este es un conflicto más sin resolver en este país. Y probablemente es por esto que los más jóvenes (como yo), que ni vivimos aquello, somos tan críticos y extremos a la hora de opinar. Y más que por la transición, que no sé si había una forma mejor de hacerla, o por la constitución. Es por tener la sensación, de que en este país siempre ganan los mismos. Y que a aquellos que fueron partícipes de tanto dolor y tanta muerte, o simplemente cómplices o afines ideológicamente se les sigue aplaudiendo y se les entierra con honores, mientras otros tantos descansan en las cunetas.
    Respetemos a los muertos, sí, pero a todos. Y a pesar de que todos tengamos nuestras contradicciones, nuestras sombras y nuestros errores, somos lo que somos. Y eso no cambia por muy muerto que estés. A mí, personalmente me producen rechazo las alabanzas y las loas que se vierten estos días hacia la figura de Fraga.
    Es desde luego, mi humilde opinión.
    Un saludo. :)

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  9. Ana, agradezco tu visión ponderada y matizada desde la distancia que te da vivir en otro país. En España todo es muy sesgado y sometido a apasionamientos viscerales. Precisamente mi post pretendía situar aquel momento que fue admirado universalmente, en que, tras una guerra civil, una sociedad decidía el olvido consciente para conseguir una democracia. Tanto era el ansia que teníamos de democracia que aceptamos aquella transacción que el tiempo revela injusta, pues la dictadura nunca ha pagado moral ni penalmente por lo que hizo, y sus representantes se sintieron cómodos en la nueva democracia, un ejemplo es Fraga. ¿Se podía haber hecho de otra manera sin despeñarnos de nuevo en la tragedia? Se pensó que nuestra entrada en Europa, que también habíamos anhelado tanto, haría olvidar definitivamente el pasado y haría de nosotros un país moderno. Sin embargo, mi opinión es que España es un país cuyos ciudadanos prefieren tener una baja estima de sí mismos y vituperar su realidad y su historia. No hay motivo de alborozo nacional que no lleve consecuentemente su carga de amargura y resentimiento. Lo que hicimos fue muy difícil y estimable, pero el tiempo está demostrando que no sabemos estar contentos con lo que somos y necesitamos apelar a lo imposible y a la búsqueda de la ruptura pese a las tragedias que pueda conllevar. No estamos reconciliados con nuestra historia, ni reciente ni lejana. Somos un sujeto extraño que prefiere sentirse amargado por sistema y denigrar lo que alguna vez fue celebrado como una causa estimable. Y se sigue haciendo dialéctica parecida a la que llevó a la guerra civil. Entre la derecha cerril y la izquierda ultramontana apenas queda espacio para la moderación y la consideración atemperada de lo que fue la historia. Falta generosidad tanto a la derecha como a la izquierda como al nacionalismo. Si quisiéramos, podríamos ponernos de acuerdo en el tema de los muertos enterrados en cunetas y en el Valle de los Caídos. Preferimos enzarzarnos en debates llenos de rencor que abren de nuevo el camino del desencuentro. Veremos. No es sencillo.

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  10. De verdad Joselu?

    ¿Es el respeto al enemigo que da sentido a una lucha lo que te mueve a hablar así de Fraga? ¿O la admiración a la coherencia para con su lógica política que le llevó a reinventarse para salvar su pellejo de alimaña?

    Yo soy también uno de los que no vivió la transición en activo, pues fui fecundado junto a la llegada de la democracia. No puedo, por tanto, juzgar de primera mano la acción de los que -como tú- luchasteis, de manera anónima, por hacer de esta una sociedad más abierta, más democrática y más justa. Pero creo que vuestra labor pasa sin mancha en el juicio de los "jóvenes radicales" de hoy, creo, a través de innumerables documentales y cientos de litros de tinta vertidos alabando la resistencia primero y la lucha por la democracia después.

    Sin embargo no hay que olvidarse de poner las cosas en su sitio. ¿Dejar que el personaje Fraga pase a la historia como uno de los valedores de la constitución y un estadista inteligente y pragmático? No será por mi mano.
    Fue lo que fue: primero un ministro de la dictadura y un asesino y luego un "animal de la política" que supo lavarse la cara y las manos para sobrevivir y perpetuar la esencia conservadora, autoritaria y fascistoide en que se sustenta la sociedad y la realidad española.

    En cuanto al fondo objetivo de tu entrada:

    Lo siento, pero admitir que La transición fue el movimiento más inteligente en la historia de España es un soberana estupidez. Puede que fuera el más oportuno, o el más necesario por el contexto y los actores que lo representaron de primera mano.
    Sólo hay que echar un vistazo a lo que tenemos hoy: ricos más ricos, pobres más pobres; corrupción política, cultura del pelotazo y una masa completamente adormecida que ve fantasmas cada vez que alguien grita "España se rompe" o "Inmigrantes volveos a vuestro país".

    Desde la perspectiva que me da el tiempo -haber nacido a finales de los setenta- creo que hubo más de una transición: una bien hecha, de perfil bajo, aquella que se hizo en asociaciones -de vecinos, sindicales, culturales- y que os concienció a algunos -y sólo algunos- de que vuestros esfuerzos tenían una recompensa al fin.
    Y otra, la de perfil alto, que se hizo en la redacción de la Carta Magna, en las Cortes, en el 23F y que no es más que un timo al pueblo.

    Y tendrás toda una batería de argumentos para rebatir mis palabras y llevarme a callejones sin salida... pero no, si se hubieran hecho las cosas bien, ningún miembro del aparato dictatorial hubiera ostentado jamás un cargo político en democracia. La triste realidad de este país: los platos rotos por unos, siempre los pagan otros.

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  11. Que difícil todo, que de opiniones diferentes.... Mi manera de ver la transición es que por fin nos pusimos de acuerdo izquierda y derecha para empezar a construir algo importante y unidos aunque fuera por un hilo muy finito. ¿Donde estaríamos ahora sino? Ya he comentado en otras ocasiones que mi madre apagaba la televisión cuando veía aparecer a Carrillo y llamaba a Suarez traidor. Toda esa generación ya no está viva y llega la hora de pasar página.
    Los muertos de las cunetas deberían acabar en manos de sus familiares, claro está que sí, pero ya sin odios y en silencio como mejor prueba de respeto.
    En cuanto a Fraga, a mí personalmente siempre me ha caído fatal pero reconozco su trayectoria hacia la democracia, tampoco me gusta Carrillo pero también le reconozco lo mismo.
    ¿Hasta cuando nos vamos a acordar de Franco? Demasiados años han pasado ya.

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  12. Dejo aquí este enlace por si vale para el debate: La Transición contada a nuestros padres | Comiendo tierra - http://goo.gl/uJor2

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  13. Yo, Joselu, visto lo visto, tendría que entonar el mea culpa, y darme golpes de pecho, porque yo, lo confieso, canté el "cara al sol" con fervor y convicción de pequeño. Lo cantaba cada día antes de entrar al colegio. Y cada día rezaba por el alma de nuestro salvador el General Franco, según nos contaban en la escuela. Yo era un franquista redomado. De pequeño, repito.
    Las personas somos cambiantes. No somos rocas. Tenemos la facultad de mimetizar con el presente, y pasar del negro al blanco según las circunstancias, ya lo dejó escrito, y bien escrito, el ínclito Ortega.
    A Fraga le pasó un poco lo que a mí. Que se adaptó a las circunstancias. Y ya está. Y menos mal que se adaptó porque si no, a estas horas estaría olvidado en la sima de los carcamales que, obtusos y cazurros, no supieron o no quisieron subirse al tren de la transición. La transición, para los que la vivimos fue una época mágica. Se pasó de una dictadura (producto de una guerra civil donde se mató en los dos bandos y por lo cual hay muertos en los dos bandos, no nos olvidemos de ello) a una democracia sin ninguna revolución. Con referéndum y diálogo. ¡Milagro!. No sé si hoy sería posible dicho proceso que terminó en un período larguísimo de paz (y que dure). Por eso, y Fraga fue uno de los protagonistas, mi más hondo respeto y admiración a aquellos personajes que supieron darnos una España democrática sin que en dicho parto hubiera que lamentar catastróficos resultados en vidas. Yo siempre he pensado que todos tenemos que aprender mucho de aquello que se hizo en los años de la transición. Olvidar rencores y mirar hacia adelante. Como decía la canción de Jarcha: "libertad sin ira"

    Un abrazo.

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  14. Esteve, no voy a defender la inteligencia de la transición. Quizás solo fue adaptarse a la realidad y al equilibrio de fuerzas real. La sociedad mayoritariamente era franquista. Solo un diez por ciento luchaba contra la dictadura, más en Catalunya y en el País Vasco. Franco murió en la cama no derrotado por las fuerzas populares. No pudimos con él. La sociedad no nos acompañaba, reconociendo en él una mejora económica considerable. Me pregunto, no obstante, si nuestros vecinos portugueses que hicieron una revolución histórica que arrumbó la dictadura de Salazar en abril del 73 se sienten ahora mucho más satisfechos con su situación, si consideran su democracia como la más deseable. Me temo que hubiera sido como hubiera sido la transición y si hubiera habido más componente popular decisorio, que estaríamos en el mismo punto que ahora. No seríamos mejores, ni estaría ausente la cultura del pelotazo, ni nuestras pulsiones serían menos cainitas, ni más dialogantes, ni seríamos mejores personas, ni nuestra política sería más honesta. Nuestro país se halla sometido a una dialéctica histórica que le hace irreconciliable con su realidad y su historia. Podemos tener las mejores cartas en el juego, pero nos sentimos siempre como si éste fuera el último juego y no hubiera ya remedio. La España actual no me gusta, pero me temo que tal como somos no hubiera habido una solución más ejemplar ni más generosa. Salió como salió, tal vez mal, pero esto es todo lo que pudimos dar de sí. Y dudo que ahora se pueda construir algo mejor faltos del miedo que nos impulsaba a pactar.

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  15. Te has explicado. Desde mi punto de vista eres largamente benévolo con Fraga.

    Quizás te pese esa costumbre tan arraigada en España de no hablar mal de los muertos.

    Yo opino que es mejor no remover el estiércol en momentos de muerte. La muerte nos iguala a casi todos.

    Pero si hablo, hablo.

    Franco lo dijo bien claro, "lo dejo todo atado y bien atado".

    Fraga no fue un garante ni un padre de la Consitución, fue su principal castrador y controlador. Dejó destensar las cuerdas de los nudos pero no toleró que ninguna cuerda se destensara lo suficiente como para deshacer el nudo.


    Ese fue y ha sido su papel, ejercido con especial violencia (e incluso ensañamiento )cuando fue ministro del interior. Cita sin ningún tipo de remordimiento en una entrevista televisiva como hizo torturar a los encerrados en la catedral hasta "que quedaron bien finos y punto final, se acabo el encierro".

    Luego crea AP que sigue vigilando los nudos. Por eso después de tantos años se está involucionando tan rápido. Los lazos se van apretanto, aún están algo destensados pero el nudo existe.
    Aborto, divorcio, partidos politicos, autonomías son los árboles que no dejan ver el desierto que hay tras ellos: sigue la Corona, sigue el Concordato con el Vaticano y el poder de la Iglesia, sigue el alto gasto militar, se ha dinamitado el estatuto de los Trabajadores, se ha dinamitado la atención a la dependencia, se ha dinamitado la prestación de servicios públicos de calidad, se va a dinamitar la televisión pública independiente, se está empezando a imposibilitar el acceso de la clase obrera a la universidad, se ha dinamitado la Ley deBarrios, se vuelve al trabajo infra-basura, se ha despreciado al negociación sindical-patronal. Siguen miles de republicanos enterrados en las cunetas. Y por último el Gobierno coincide plenamente con Empresarios, Iglesia y Neoliberales. La corrupción campa por sus anchas totalmente impune.

    Sólo queda un hilillo de libertad de expresión (aporreada por la policía en directo), la policía no mata y en las comisarias no se tortura ni mata. Se puede publicar cualquier cosa. Se pueden realizar manifestaciones y se puede retirar al PP con los votos. Se respetan los cuatro idiomas del estado español y sus respectivas culturas.
    Pero no olvidemos que el poder mediático crea muchos votos. Muchos de los votos del PP son cavernarios, millones de sus votos obedecen a marketing político. Y no olvidemos que los votos de IU no contabilizan como los del PP gracias a una ley electoral que no desata ningún nudo.

    Tenemos a FAES (el nunca disimulado acrónimo de Falange Española, digan lo que digan)

    Nos están apretando los nudos amigo, porque gracias a la obra de Fraga Iribarne y almarketing político , a la Iglesia, a los ricos de siempre (descendientes de franquistas) todo sigue...

    Si lo has adivinado, atado y bien atado (con cuatro migajas democráticas para disimular)

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    1. Osselin, ¿tanta influencia crees que tuvo Fraga? Yo no le doy tanta relevancia. De hecho se tuvo que retirar a Galicia por su imposibilidad de liderar una derecha española que ganara las elecciones. En los tiempos de la transición AP no se comía un rosco, y luego ganaron los socialistas. El Partido Popular tuvo que esperar hasta 1996 para gobernar y sostenido por CIU. Esta alianza es significativa. Son rivales extremos pero se necesitan como ahora estamos viendo.

      No tengo una visión tan desolada de la democracia española, y en cuanto los votos cavernarios de la derecha, ¿hay alguna diferencia con los votos del partido republicano americano? La derecha suele ser cavernaria aquí y allí. Los nudos de que hablas necesitarían un partido de izquierda fuerte que tuviera arrestos para deshacerlos. Pero la realidad es que los votantes de izquierda, desertamos (yo el primero) y abandonamos el barco como el capitán italiano. En cuanto a Izquierda Unida, pongo en cuestión el adjetivo de "unida" pues es todo lo menos parecido a la unidad. Cada confederación territorial decide su línea política llevando a veces al PP al poder (como en Extremadura) o sosteniendo un pacto como el de Lizarra en el País Vasco. La ley electoral es injusta, pero no hay sistema electoral que no lo sea en un sentido u otro. Un sistema de proporcionalidad real de los votos sería impugnado inmediatamente por las formaciones nacionalistas que se ven beneficiadas por el sistema D'Hont. Creo que podemos hacer mucho las bases sociales, pero necesitamos referentes claros, y estos referentes claros (los partidos) han de tomar nota de lo que sentimos en la base de una forma inteligente. Eso estoy esperando. Y no son ni Rubalcaba ni Chacón los que me animan a volver a votar.

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  16. Si me permites OSSELIN,

    Quizá tengas toda la razón OSSELIN, pero la pregunta que yo te haría es la misma que ha deslizado JOSELU en su última contestación ¿de verdad puedo hacerse de otra forma? aun más... ¿de verdad no cabe la redención de un criminal en el caso de que lo haya sido?

    Estamos empeñados en suponer que salvo que la gente pase por prisión, no hay perdón posible, sin pena no hay redención ¿por qué? ¿para que sirve una condena? ¿para redimir y reinsertar o sólo para castigar al estilo de la ley del Talión?

    Yo creo que si alguien rectifica en el tiempo su conducta, el reproche contante de sus actos pasados, no denotan más que un resentimiento y una necesidad de venganza, que en este país debemos superar de una vez por todas.

    Todo mi respeto a las víctimas, siempre. Pero ningún muerto resucita porque se mate a su verdugo, ni ningún verdugo deja de serlo, salvo que se le permita ser otra cosa y él lo decida. El sistema penal surgió en la sociedad, porque se necesitó dotarla de un sistema represivo para adecuar conductas.

    Si las conductas se adecuan sin represión ¿de qué y para qué el castigo?

    ¿Estamos seguros que los franquistas y cabernarios son los únicos culpables de todos esos nudos atados y bien atados que seguimos sufriendo hoy todos? yo tengo muchas dudas, muchas. Más, viendo el comportamiento que ha tenido en los últimos años la supuesta izquierda de este país.

    Mirar al pasado desde la cómoda postura del presente, es tremendamente injusto.

    Esas migajas de las que hablas, son la diferencia que existe entre que tú puedas decir públicamente lo que te parece, en el idioma que escojas o contárselo sólo a tu almohada susurrándole para que no te escuche nadie, por si acaso. Suponen que hoy no se torture en las cárceles, se respeten los derechos constitucionales de cualquier preso y esta sociedad con todos los problemas que tiene, sea bastante más libre y mejor, que en el pasado.

    No me parecen tan poca cosa, me parece que no valoramos nada de lo que tenemos jamás ¿sabes por qué? porque lo tenemos. Si la transición con todas sus sombras, errores y nudos, hubiera sido un baño de sangre pero así ¡¡a lo bestia!! como se nos olvida pudo ser ( aun sabiendo que dejó sus muertos, aun con todos sus errores) quizá todos los reproches que hoy le hacemos, nos los tragaríamos enteros.

    No defiendo la figura de Fraga como político, para nada, aunque seguramente cualquier político de este país con más de 70 años tenga tanto o más de lo que avergonzarse que él.

    Sin embargo fue brillante como jurista y aunque como hombre no lo conocí personalmente, sólo de vista, siempre me ha impresionado ver cómo su pueblo Villalba o Perbes que es donde pasaba sus vacaciones, le han sido fieles hasta el final, absoluta devoción es la que tiene esa gente por este hombre. Sus vecinos, sus paisanos, los de toda la vida siempre han hablado bien de él y de eso puede presumir muy poca gente, le querían, le respetaban y eso sí que lo he visto personalmente, con casi 90 años pocos pueden presumir de lo mismo...sólo por eso, tiene mi respeto.


    Un beso grande JOSELU


    PD
    MIGUEL, no me voy sin decirte que me ha parecido muy valiente, sincero y noble lo que has contado ¡¡ya sabía yo que tú, eras un gran tipo!! :-)

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  17. Yo tampoco viví la transición porque era muy niña entonces. Entiendo que en su día hubiera que claudicar, traicionar posturas, tender puentes y como quieras llamarlo. Pero ¿ahora? Han pasado treinta años y, como dice la canción, todo sigue igual. Hemos evolucionado como sociedad en muchas cosas, claro, pero lo cierto es que se mantienen las mismas estructuras. Las mismas tres o cuatro familias de entonces son las que siguen cortando el bacalao. La gente sigue con miedo. Ha ocurrido lo que pasa con los tabués. Primero hay miedo real a algo real. Ese temor se va transmitiendo de generación en generación al mismo tiempo que se va diluyendo la causa original. Llega un punto en que hay una generación que sigue con miedo pero ya no sabe a qué. Los chicos de hoy no saben muy bien quién fue Franco y a duras penas pueden ubicarlo en la Historia de España (los que son profesores lo saben mejor que yo). Sin embargo, ese sentimiento de inevitabilidad trágica, ese temor, se mantiene. No hurgues en las cunetas no vaya a ser que... No condenes el golpe del 36 que mira que... No toques la constitución no sea que después... (bueno, si lo mandan 'los mercados' entonces sí).

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  18. Con tu permiso, Joselu, me gustaría decir que estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho María. Y subrayo lo de la venganza. ¡Qué fea palabra! Y aplaudo otra palabra, reconciliación. ¿Qué hubo en la transición? Pues eso, reconciliación. Y qué tenemos ahora... pues eso, una democracia, fruto de esa reconciliación entre posturas totalmente divergentes. No he dicho que vivamos en un paraíso, pero tenemos una democracia en mayúsculas, que es de lo que se trataba.

    Un abrazo.

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  19. Mari Carmen, afortunadas palabras las tuyas por el centramiento y la sensatez que denotan. Creo que no puedo ponerles ni un pero. La idea central que expones es la sensación de que siempre ganan los mismos. De esto no estoy tan seguro. Dudo mucho que en las huestes victoriosas de la guerra civil estuviera la España que surgió del frío de la dictadura. Divorcio, aborto, matrimonio homosexual, autonomías, gobiernos de izquierda... Es difícil decir qué nos diferencia de otras democracias cercanas. Nuestro sistema autonómico es prácticamente federal. Probablemente una diferencia sea una, el poder institucional de la iglesia, el concordato que le concede privilegios notorios que pagamos todos los españoles.

    Cabría eso sí, impulsar desde el gobierno una normativa que permitiera exhumar los enterrados en las cunetas y darles tierra digna. El gobierno socialista lo intentó tímidamente pero la derecha se echó en tromba. Garzón lo intentó y ha terminado en el banquillo de los acusados.

    La derecha es muy fuerte en este país (aunque en todos lo es). Nosotros tenemos nuestros propios demonios, es cierto, y son diferentes a otros, pero en todos los países hay demonios que no se pueden nombrar. Creo que no hay país en el mundo sin conflictos esenciales. A veces damos una dimensión mayor de la que tienen a nuestros propios problemas creyendo que son únicos. Pero solo hay que mirar el mundo. Al fin y al cabo, podemos llegar a la conclusión de que urbi et orbi ganan siempre los mismos aunque con vestimentas diferentes. Este sí que sería el problema.

    No tengo ninguna simpatía por la derecha española, pero no tenerla adecuadamente considerada, desencadenó la guerra civil.

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  20. Ni todos los que no vivieron la transición la denigran, ni todos los que vivieron la transición la ensalzan. Mi padre fue un jornalero extremeño que vivió hambre y explotación en los peores años del franquismo, nunca fue militante de nada por su mentalidad heterodoxa y poco dada a disciplinas de partido, pero se sintió siempre comunista. Cuando llegó la transición había emigrado a la capital y trabajaba en una pequeña empresa. En aquellos años tenía miedo a la involución política pero también al paro que castigaba a las capas más humildes. Aún así, fue fiel a sus ideas (no a las de ningún partido), votó NO a la constitución monárquica y siempre opinó lo mismo de aquellos años que yo viví como un preadolescente: aquello fue una gran mierda, pero lo único que se podía sacar, no podíamos aspirar a más. No creo que haya que denigrar la transición, pero tampoco entiendo que se la ensalce; no es algo de lo que me enorgullezca, como a muchos chilenos dudo que les enorgullezca su transición. Hoy como profesor de Historia, sé que no se pudo hacer otra cosa, con un régimen franquista dispuesto a desmantelarse con condiciones y desde arriba; pero que no se pudiera hacer otra cosa, no significa que tenga que soportar con gusto la versión oficial que eleva a los altares unos años de esperanza pero también de decepción.

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  21. Personalmente tengo que manifestar que Miguel Ángel Aguilar ha publicado un artículo titulado. "Fraga amanecía más temprano" con el que me identifico plenamente:

    Aquí está, aunque os supongo a todos conocedores del mismo:

    http://politica.elpais.com/politica/2012/01/09/actualidad/1326127520_383525.html

    Un abrazo, Joselu

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  22. El susodicho artículo finaliza así:

    "Son 90 años de pasión por el mando, de facultades, de memoria selectiva, de temperamento, de activismo infatigable, de mucho madrugar, de propósitos alternos, de audacias, de conformismos, de luces y de negruras".

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  23. Miguel, recuerdo esos tiempos en que efectivamente en las escuelas se cantaba Cara al sol con el brazo en alto. El franquismo suponía tal lavado de cerebro que la sociedad, que vivía atemorizada por el recuerdo de la guerra, asistía al despliegue ideológico de los triunfadores. Mi niñez fue áspera en aquel ambiente clerical fascista. Siempre me he preguntado cómo hubiera sido mi niñez en un país liberal y democrático, de costumbres abierta. Pero es la niñez que tuve. Vivíamos oprimidos espiritualmente, temiendo por la propaganda machacona, la vuelta del comunismo. Tiene tantas caras la historia… Porque en los años cincuenta fue el famoso XX Congreso del PCUS en el que se desvelaron los horrores de Stalin, tras su muerte. Esta es el otro lado de la historia. Los españoles estuvimos expuestos en la guerra civil al enfrentamiento entre dos sistemas totalitarios. No salimos bien parados, no. En todo caso, me quedo con el mensaje de Azaña aquel que decía:

    "Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que les hierva la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelva a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres que han caído magníficamente por una ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, piedad, perdón".

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  24. No me atrevo a hablar mucho de un tema muy lejano a mí y a mi incumbencia. De la transición española sólo sé lo que he leído o escuchado. Sin embargo, creo que la inconformidad de hoy y la visión crítica de los jóvenes se deben a que ya no se conforman con la libetad de decir lo que piensan. Les hace falta más, y no es tanto, por lo menos empleo y esperanzas de no verse forzados a emigrar como lo hicieron ya alguna vez sus antepasados.
    Siempre vivimos bajo dictaduras de un tipo o de otro, unas que "cortan cabezas" a la vista de todos y otras enmascaradas en la libertad de expresión (faltó la principal: la "económica")y en los votos que finalmente se echan a la basura. Aunque puede que escuche sus propuestas, miro con recelo a los partidos, ninguno me convence.
    En cuanto a los muertos, tal vez en España haya resignación después de tantos años, pero en América Latina las heridas están tan abiertas como los volcanes que a cada rato le recuerdan que está viva. También hay que escuchar el punto de vista de quienes no olvidan a sus muertos. En todo caso, la solución debería ser pacífica. La Europa de hoy es afortunada, la han de envidiar los pueblos a los cuales les inventan las guerras. No digo más; soy amigo de la paz, no de la guerra.

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  25. Juan Carlos Doncel, espléndida argumentación bien hilvanada. Nada que comentarte porque tu escrito es diáfano y no merece apostillas. Si acaso reflexionar contigo sobre que efectivamente aquello fue lo único que se pudo conseguir. Recuerdo la sensación de decepción y confusión que sentíamos hacia 1978-1979 los que habíamos militado intentando cambiar el mundo y la historia. Aquello no nos satisfacía. Sin embargo, fue el PCE el primero en apoyar aquello y es reconocida la simpatía mutua que se profesaban Suárez y Carrillo. Parecía que las primeras elecciones iban a dar una gran fuerza a los comunistas, y así fue en comparación con lo que vino después. Hubo un terreno para las utopías en que imaginábamos de nuevo una tercera república o una revolución con escenas como las del 25 de abril portugués, pero la realidad sociológica y los pactos políticos desde las alturas redujeron aquello a lo que fue, y que ha permitido un sistema estable como nunca antes se había dado en nuestra historia. Puede que sea una mierda, pero tú como historiador bien conoces la dramática historia de España, su siglo XIX y su siglo XX. Este presente nos decepciona, no cabe duda de que nuestra mente llena de ansias irredentas nos llevaría a otros territorios, pero visto lo visto que es nuestra historia, puede que la grisura en que vivimos y que no satisface nuestras utopías sea la más pragmática de nuestras expectativas. Sé que esta es una visión conservadora, pero cuando uno conoce la experiencia de la segunda república, advierte que aquello pudo ser en todos los sentidos mejorable, y había que bajar el nivel de utopías en aquellos revolucionarios que lo primero que querían era el fin de la república burguesa. No sé si decir que el nivel de frustración es necesario en todo sistema político, pero no encuentro modo de salir del nuestro sin que todo salte por los aires, dada la composición política, social y territorial de nuestro país.

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  26. Luis Antonio, gracias por el enlace. Había leído con gusto el artículo de Miguel Ángel Aguilar por su sensatez y falta de tendeciosidad. Enjuiciar a un personaje como Fraga da lugar a una enorme controversia, y es bueno. Al fin y al cabo son aburridos los personajes que solo suscitan adhesiones y alabanzas por doquier. Se acaban en seguida. Fraga da para debatir y eso es bueno. Eso sí, en Galicia se le quiere mucho en general, aunque algunos lo odian, entre otras cosas porque nunca pudieron ganarle en unas elecciones. Un abrazo.

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  27. Joe, no sé que decir, y algo tengo que decir! He mirado este post como se mira a una moneda que gira. Me gusta, lo odio, me gusta, lo odio... Y se ha quedado de canto! Será que en estos tiempos raros estamos a punto de inventar la rueda?

    Has probocado en mí reflexiones sobre Fraga (y demás desconocidos) que no habrían sucedido sin leer este post. Me quedo con esta frase, por ejemplo:

    "Como decía Josep Ramoneda, (Fraga) fue un político que fue fiel a la dictadura y también fue fiel a la democracia consecuentemente."

    Sí que es cierto que la sociedad tiene que cambiar toda, de forma integral, nos tenemos que modificar hasta lo más profundo del alma y los genes... En aquellos últimos días de la dictadura (cuando faltaban 8 años para que yo naciese) y ahora.

    Por eso creo que cuando dices:

    "Sin embargo, mi opinión es que España es un país cuyos ciudadanos prefieren tener una baja estima de sí mismos y vituperar su realidad y su historia."

    ...sí pero no. Hicísteis mucho y bien... de acuerdo... pero la denuncia de la "democracia" actual es indispensable para el nacimiento de otra más real. Por eso, con todo el respeto... pero vaya chapuza! je je je

    Ondo izan

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  28. Mikel Gartzia, sí, lo cierto es que es una chapuza... no quería decir que hicimos nosotros mucho. Nosotros fuimos carne de cañón para que otros tomaran decisiones en las que no contamos para nada. Yo tampoco voté esta constitución. No me gusta la monarquía, ni el sistema bipartidista, ni la derecha española, ni el sesgo nacionalista de zonas de este país, ni la izquierda, ni la del PSOE ni la de IU, pienso que el senado es inútil, que la ley electoral es infame, me causan zozobra la corrupción, el amiguismo, el caciquismo regional, nuestras ínfulas (ahora contrariadas) de nuevos ricos... He decidido no votar más. El sistema existente no me representa. Lo digo en serio. Ahora bien, me pregunto qué es posible hacer con los elementos que forman la realidad española. ¿Saltar de nuevo por los aires y crear un territorio con x naciones independientes que se odiarían entre sí? ¿Desterrar la monarquía y aventurarnos en una tercera república que duraría menos que la primera? ¿Construir un sistema a la altura de nuestros sueños que terminan, irremediablemente, convirtiéndose en pesadillas? Me pregunto si todos los países se sienten satisfechos con su sistema político,y no sé qué respuesta darle. España sufre una aguda crisis del sistema político por el desgaste terrible de la convivencia interterritorial y su núcleo central que es la monarquía. De acuerdo. ¿Hacia dónde ir sin que implosione todo con consecuencias imprevisibles? Ya sabemos que nuestra historia no es muy ejemplar en cuanto a las soluciones que sabemos buscar. Yo he decidido mantenerme al margen de lo que pase, como un observador externo. Sé lo que no me gusta, pero me veo totalmente incapaz de luchar en consecuencia por ello. Espero que los más llenos de ideas y energía seáis capaces de hacerlo. Gracias por tus reflexiones, que me han interesado mucho.

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  29. Lo dejo todo en esto:

    Nuestras vidas son los ríos 25
    que van a dar en la mar,
    que es el morir;
    allí van los señoríos
    derechos a se acabar
    y consumir; 30
    allí los ríos caudales,
    allí los otros medianos
    y más chicos,
    y llegados, son iguales
    los que viven por sus manos 35
    y los ricos.

    ¿Qué más da todo? ¿Qué más da nada?

    Total ya se sabe:

    ¿Qué es la vida? Un frenesí.

    ¿Qué es la vida? Una ilusión,
    una sombra, una ficción,
    y el mayor bien es pequeño;
    que toda la vida es sueño,


    y los sueños, sueños son.


    no en vano ya se sabe que:

    "Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio."
    "¿Por qué golpeas a esa prostituta? Registra tu conciencia. ¿No cometiste tú mismo con ella el crimen que ahora castigas? El usurero hace ahorcar al falsario. Los pequeños vicios traslucen a través de los andrajos de la miseria; más las finísimas pieles y los trajes de seda lo ocultan todo. Dale al vicio un broquel de oro y la espada de la justicia se quebrará contra el, sin mellarlo; pero cubre su broquel con andrajos y un pigmeo lo atravesará con una simple paja."
    "El rey Lear le preguntó a Gloucester: ¿y tú, cómo ves el mundo? Gloucester, que era ciego, le respondió: lo veo con el sentimiento... lo veo, con el sentimiento".

    Concluyo sin embargo que:

    Something is rotten in the state of Denmark.

    Y dicho todo esto me voy a beber tres litros de coñac escuchando los recursos retóricos de Estopa a todo volumen tras lo cual no dudo que me caeré del caballo y vere cuan positivo ha sido Fraga para España.

    ;)

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  30. Fue bonito mientras duró. Los grises arreaban a placer, pero nosotros tampoco lo hacíamos mal...que bonito era enfrentarse a la caballería con bolindres y bolas de rodamiento...y tirachinas y... pero de Fraga... prefiero no opinar, más que nada por educación.

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  31. Aquella fue una buena época para España.
    Creo que muchos de los políticos eran honestos y pensaban en el bien común, y los jóvenes, los estudiantes y los intelectuales no estaba dormidos y participaban en la vida política haciendo fuerza para lograr una sociedad mejor.

    Fraga no me gustaba, creo que no defendía lo correcto.

    La historia pondrá a cada uno en su lugar, lo malo es que tarda tanto...

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  32. Joselu gracias por por estas palabras, que me ayudaran a entender un poquito mas todo aquello, pero creo que deberian haberles preguntado a todos aquellos que sufrieron el yugo de la dictadura durante 40 años si realmente querian pacto de silencio o no. y yo digo que quiero saber que ocurrió, es parte de la historia de mis antepasados, de la historia recente.

    salut

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