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lunes, 27 de septiembre de 2010

Y todo esto ¿para qué?


Soy profesor, además de la ESO, de segundo de bachillerato. Es una asignatura de modalidad: Literatura española. Tengo diez alumnos, no especialmente motivados por la literatura, pero sí por que el estudio tenga una recompensa social. Saben que si no estudian se quedarán sin nada, y en estos tiempos de crisis eso es un suicidio. No son en general estudiantes entusiastas, ni están acostumbrados a pensar. Se rigen más bien por estereotipos elementales. Mi desafío, como profesor, es intentar hacerles amar el pensamiento, ejercer la crítica, superar su tendencia a lo simple. Esto es con lo que sueño.

Sin embargo, he seguido en el diario El País, una serie de reportajes titulado (Pre)parados, a lo largo de la última semana en el que jóvenes sobradamente preparados, con carrera, con varios másteres, con idiomas, con estudios de especialización en Europa, están en paro y sus currículos ni siquiera reciben acuses de recibo. Están camino de la treintena y creyeron que una buena formación profesional les abriría muchas puertas y que su dedicación a su carrera tendría consecuencias definitivas. No ha sido así. La mayoría están en paro o subempleados cobrando salarios de seiscientos euros. No pueden irse de su casa ni vivir con su pareja. Sobreviven algunos con becas o subvenciones, y muchos han de pedir dinero a sus padres para pagar el transporte.

¿Quién les ha engañado? ¿Cómo les hemos prometido que si uno se esfuerza y estudia consigue sus fines? Algunos se plantean que para repartir pizzas o hacer de teleasistente, es mejor ocultar sus carreras o sus másteres. Es algo que cotiza en contra. Tienen una formación excesiva y eso levanta suspicacias. ¿Quién confiaría en un doctor en ingeniería para un trabajo eventual y de repartidor de pizzas?

No deja de ser significativo que muchos de los ejemplos traídos por El País señalen que profesionales superformados han encontrado trabajo en Europa, en el Reino Unido, en Holanda, en Alemania, en China, en Suecia… Son los nuevos emigrantes que ven que su capacitación les vale mucho más fuera de España que en su país. Y en contra de sus deseos, sintiéndose expatriados y desterrados, han de amoldarse a una vida diferente a la que habían esperado. Algunos guardan un sordo rencor hacia su patria y parecen renunciar a ella. Algunos son de los mejores de sus promociones, y su especialización ha sido apreciada en otros países europeos mientras que en España no reciben siquiera un acuse de recibo de su currículum.

¿Qué he de explicarles a mis alumnos de bachillerato? ¿Qué estudiando se consiguen oportunidades? ¿Qué estudiando uno se forja un futuro profesional? Para ello he de luchar contra la creencia de que lo que en realidad genera expectativas son los amigos que te pueden enchufar y colocar, que los estudios y la dedicación son accesorios. La excelencia no se prima en España. Sé de magníficos estudiantes que, tras acabar la carrera, con buenas notas, están en una crisis mayúscula. Los jóvenes son el segmento de población más castigado por la crisis, además de los mayores de cuarenta años que se quedan en el paro.

Quiero hacerles pensar, pero ¿sobre qué? ¿sobre la relativa utilidad de lo que están haciendo? ¿sobre el escaso aprecio que se tiene en este país hacia la calidad? ¿Pensar para qué? Cuando el futuro de uno está en el alero, las reflexiones son limitadas. Espero que ellos no lean este post. No me suelen leer. Pero quiero plantear esta reflexión a los lectores. Quizás haya otras alternativas como son el autoempleo o el convertirse en empresarios en un país en que es difícil y complejo constituir una empresa y que va en contra de toda la ideología que magnifica la opción de hacerse funcionario sobre todas las demás. Quizás nuestra formación debería empezar por esto, por hacerles ver que el futuro es sumamente incierto, que tal vez tengan que emigrar, que no podrán emanciparse hasta muy entrados los treinta si es que es posible entonces, que el estudio no garantiza un puesto de trabajo y a veces lo dificulta.

Pero mañana he de trabajar para hacerles sujetos críticos y reflexivos. Pero ¿les explicaré esto? ¿Habré de callarme como si no supiera nada? ¿He de dejar que se lo encuentren ellos mismos? ¿O lo sabrán ya? ¿Qué sentido tiene mi clase sobre el neoplatonismo en la poética del Renacimiento?

A veces pienso que tendría que darles dinamita. Pero he de prepararles para selectividad? Otra gran mentira. Este mundo es reflejo de otro, es un espejo, pero ¿de qué? Mañana les he propuesto que sean ellos los que me formulen preguntas que no pienso contestar. Pero formular preguntas supone un ejercicio de primer orden. Y todo esto ¿para qué? –sería una buena cuestión-.

36 comentarios :

  1. Algunos nos aventuramos a saber qué pasaría si éramos mediocres en lo que hacíamos o si no teníamos enchufes.

    Desde entonces vivimos un poco con más naturalidad y respirando por y para respirar, sin más.

    Quizá tus alumnos se agobien, quizá les pasé como a mi, pero a veces la verdad duele.

    Un abrazo Joselu!

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  2. También he seguido esa serie de El País y he pensado lo que tú has escrito. ¿Para que ser excelente en nuestro país?¿Realmente servirá de algo?
    Un saludo

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  3. Desgraciadamente tienes mucha razón. La cosa está chunga. Pero es aún peor para ellos si no tienen el abanico de "posibilidades". Los albañiles, sin ánimo de menos precio hacia ellos, solo tienen esa posibilidad y no otra: de arquitecto por ejemplo. Por lo que los animes al estudio y les motives es imprescindible, para que sus ánimos no decaigan.
    El problema son los empresarios. Ayer el gran Botín saltaba de alegría en Singapur, cuando Fernando Alonso ganaba. Y todos -los empresarios- quieren eso: "pasta"... así nos va.
    De todos modos conozco inenieros, que si bien se han tenido que ir de Jerez, no han salido de España para ejercer.

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  4. Joééé... no me ha publicado el comentario, pero bueno, tanto da. El caso es que te decía que en tu post estamos metidos unos cuantos colegas míos y una servidora, mismamente. Pero vengo mañana que he cenado algo que me ha sentado realmente como un tiro en el estómago y el caso es que ni entiendo por qué, pero bueno.
    Soy la pupas, está visto.

    Saludos.

    Es la tercera, y última vez, que lo intento. Luego encima saldrán repetidos, ya verás tú...

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  5. Bueno, navegando navegando he ido a parar aquí, casualidades de la vida esta misma mañana he actualizad mi currículum, 26 años, una licenciatura, máster, miles de cursos...finalmente he decidido hacer dos, uno con toda mi formación y otro en el que pongo una formación esencial para no "levantar sospechas" porque necesito trabajar, donde, como y cuando sea...si reflexiono sobre ello me dan ganas de echarme a llorar, pero por otro lado mi positividad me dice que sería aún peor que solo tuviese la versión "b" de mi currículum y sigo confiando en que mi versión "a" dará sus frutos...
    Un saludo!

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  6. Para pensar el mundo aunque sólo sea por cuestión de actitud ante la caja de pizzas o detrás de la mesa de profesor o para que no pierdan toda esperanza porque nosotros no la hemos perdido en ellos... aunque tengamos nuestros bajones y subidones, claro.
    Un saludo

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  7. No lo dudes ANÓNIMO, no lo dudes.

    La cosa está y ha estado siempre complicada, de eso no hay duda.

    Pero a riesgo de parecer Juanita la fantástica:)) de verdad que no creo para nada, que alguien sobradamente preparado no vaya a salir adelante. Tardará más o menos, pero sale, seguro.

    A ver, hay algo que se nos olvida a veces, y es que tan importante es el contenido, como el continente o envoltorio. Vivimos en el mundo de la imagen y quizá ese sea el problema de alguna gente. Nadie compraría un diamante envuelto en papel de periódico, pero sí que muchos comprarían cristales, si el estuche es espectacular.

    Sinceramente, creo que lo de los curriculums ha quedado absolutamente trasnochado, es un poco como los vendedores de aspiradoras de antes, ya nadie les abre las puertas, por muy bueno que sea el producto, ni a ellos, ni a ningún vendedor.

    Yo creo que a la gente que sale al mundo hoy, hay que enseñarles que la imaginación es la llave para entrar a cualquier parte, junto al encanto personal, la psicología y los golpes de efecto o lo que sea que los saque de esa cola inmensa de gente gris. Hasta diría que hay que aprender a echarle un poquito de cara, con educación pero atreverse a cruzar ciertas rayas, hay que ofrecer algo que te haga diferente al resto y sólo quien lo consiga, será tenido en cuenta o al menos escuchado. En definitiva deben aprender a saberse vender.
    Eso, es lo único que va a hacerles conseguir que esa puerta, no se les cierre en las narices.

    Yo no creo JOSELU, que debas entregarles dinamita de verdad, pero sí que en este mundo se necesita dinamita dialéctica, para hacerte un hueco, en lo que sea. Además de ser bueno en algo, hay que llamar la atención para que te dejen demostrar lo que vales y si no te dejan por las buenas, buscar estrategias imaginativas, para conseguirlo.

    Yo creo que puedes convencer perfectamente a tus alumnos, si es que de otra forma no lo logras, que la literatura, es una herramienta espectacular para impresionar a alguien en un primer momento.

    Tí imagínate JOSELU, si en una entrevista de trabajo a uno de estos sobradamente preparados, se le ocurre soltar de pronto :

    "Con ansia extrema de mirar qué tiene
    vuestro pecho escondido allá en su centro,
    y ver si a lo de fuera lo de dentro
    en apariencia y ser igual conviene,

    en él puse la vista: mas detiene
    de vuestra hermosura el duro encuentro
    mis ojos, y no pasan tan adentro
    que miren lo que el alma en sí contiene..."

    Una de dos jajajaja o lo mandan al psiquiátrico directamente o los deja tan alucinados que hasta les puede soltar a continuación toda la tonelada de cursos y masters que tenga.

    En fin, esto es una broma, pero me temo que o la gente agudiza su imaginación o los títulos hoy, ya no impresionan a nadie. A lo mejor, se trata sólo de recordar que por los ojos y el oído sigue entrando casi todo. Si el mercantilismo nos come, pues usemos nuestras armas en su terreno, al menos sorprendidos dejaremos a más de uno, eso seguro y... ¿quién sabe? :-)


    Muchos besos y feliz día

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  8. Pues por esta vez no estoy de acuerdo con ninguno de los comentaristas y tampoco, por supuesto, con la filosofía de la entrada. Todos aceptan la premisa de que cualquier cosa ha de hacerse para conseguir otra diferente de lo que se hace; en este caso particular se pone el énfasis en los bienes materiales. El problema es que se mezclan dos ámbitos distintos. La única razón que ha habido siempre para estudiar es que estudiar te hace libre, en el sentido de que te permite conocer la realidad, la verdad o como queramos llamarlo. Nunca ha servido estudiar para hacer dinero. El colmo me parece -espero que el comentarista no se me ofenda, que no es mi intención- pensar que la literatura puede servir para impresionar a un facineroso que busca alguien a quien explotar. (María, he comprendido el humor; exagero)
    Otra cosa será sobrevivir. Me parece que eso no tiene nada que ver con estudiar y si realmente tenéis tanto interés en que los niños se hagan ricos, que trabajen unos meses en un matadero para ir haciendo estómago y después que se inscriban en un partido político.
    ¿Hay que trasladarse a otros países? Pues claro, claro que sí.
    Los trabajos que ofrecen aquí no sirven, te paguen lo que te paguen. Realmente vivimos en una oligarquía, esto me parece de toda evidencia. ¿Y os quejáis de que el amo no nos afrece dentista gratis?
    Mis disculpas por este apasionamiento mañanero, que no pretende ofenderos, todo lo contrario. Lo que ocurre es que todavía estoy vivo y no puedo dejar de sentir emociones ante vuestras palabras.
    Saludos cordiales.

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  9. María José Juez Loureiro28 de septiembre de 2010, 13:11

    He tenido al suerte de entrar en la Escuela oficial de idiomas para hacer un curso de ingles. Ayer, en nuestro primer día, nos presentamos todos y no exagero al decir que el 90% de mi clase es gente en el paro. Dentro de unos meses yo formaré parte de este grupo de personas cada día más amplio. Se siente desfraudados, olvidados, traicionados e impotentes. Esta incertidumbre los está matando.
    Yo misma escucho cada día a mi novio (lleva un año buscando trabajo) decir que no debería haber estudiado ingeniería, que no le ha servido para nada, que ha sido una perdida de tiempo y de dinero... ¿Y que le dices: Todo mejorará? La incertidumbre y la angustia se apoderan de él cada día.
    El otro día nos dijeron que en Alemania se necesitan ingenieros. No sabe el idioma, no conoce a nadie allí, pero la desesperación está haciendo que se plantee irse a Alemania. ¿Seremos los jóvenes los nuevos protagonistas de remake de 1 franco, 14 pesetas? ¿tendemos que expatriarnos para poder vivir dignamente? ¿Como pueden apelar los políticos a un sentiemiento de unidad patriotica si es mi propia patria la que me da la espalda? Demasiadas preguntas sin respuesta ya que hoy en día las ruedas de prensa con los políticos son más que cómodas para estos y nadie se atreve a levantar la voz.

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  10. No me has ofendido en absoluto, ANIMAL DF :-)jajaja

    Y además yo también te entiendo, lo que ocurre es que nos guste o no, el mundo es el que es y la vida funciona como funciona.

    ¡¡Naturalmente que estudiar lo que sea y en concreto literatura debería ser un placer y los que tienen esa suerte se deberían sentir tremendamente afortunados por tener esa posibilidad!!

    ¡¡Naturalmente que cuantos más conocimientos tengas más libre eres, porque tu información te permite elegir mejor!!

    Pero ellos no ven eso, los alumnos me refiero.

    Si un ciego no ve ¿qué haces?
    ¿le abofeteas?
    ¿ le zarandeas para que reaccione?

    Yo creo que eso no le va ayudar, a lo mejor debes asumir su ceguera y enseñarle como valerse dentro de ella con sus armas, no con las tuyas.

    No sé si así me entiendes mejor y también el espíritu que creo destila esta entrada, que es la IMPOTENCIA.

    No es que se mezclen cosas, es que siendo y reconociendo todos que son cosas diferentes, debemos aprender a usarlas, en lo ámbitos en los que nos sirvan, sea cual sea.

    No se trata de impresionar a un facineroso (no todos lo son:-) se trata de abrir puertas, con todas las armas a tu alcance y después caminar, en la forma en que cada uno decida.

    Si quieres y te dejan convirtiéndome en un facineroso o siendo una persona preparada a la que además de darle libertad sus conocimientos, le da de comer y luego él, puede dar de comer a otros.


    Un abrazo y un placer saludarte ANIMAL DE FONDO.

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  11. Conectando con la intervención de Animal de Fondo, esta de García Calvo:

    Mentiras Principales. 46. EDUCAR PARA EL FIN

    Publicado en La Razón en septiembre de 2010

    Al regresar a las aulas párvulos, chicos y chicas, menores y mayorcitos, ya sé que padres y educadores han de tener el corazón mayoritariamente endurecido para el caso, pero a algunos nos entra el virugis de compasión, y, si me pregunto cuál es, en una palabra, el mal que la educación les hace a esas almitas, sólo se me ocurre ésa: el fin: es que se les educa para la muerte.
    O sea para las notas de fin de mes, para los exámenes de junio, para el grado superior siguiente al anterior, para el puesto de alto ejecutivo en la gran empresa o al menos en la Administración, para casarse y fundar una familia y tener a su vez para los estudios de los hijos, para asegurarse una jubilación digna para disfrutar de la vida un poco tiempo todavía, y…
    El fin último no se dice (sería un peligro de desbarajuste del tinglado), pero a la gente, en lo que le queda de vivo, le sigue rezongando por lo bajo.
    Y es natural: el Régimen, fundado como está en la fe en el futuro, en cerrar cualesquiera posibilidades de otra cosa y reducirlas todas a las fechas y cuadros de sus estadísticas, ¿qué va a hacer con sus criaturas más que educarlas en esa fe? Que tiene que hacerlo, porque, a cada nuevos niños, a cada descuido, puede que surja algo vivo de ahí abajo y el futuro se resquebraje. De ahí el empeño y dispendios del Estado, que es el Capital, en sostener centros de educación en todos los grados, y luego continuar con la cultura televisiva la educación: la realidad necesita que se crea en ella, y hay que convencer a los niños de que no hay más que eso, lo que la Ciencia sabe, lo que les venden, de lo que los examinan: nunca se quedan lo bastante convencidos, hasta…
    “Pues ¿qué otra cosa hay?” me dice un lector acaso. Pero, hombre, y ¿también eso quiere usted saberlo? ¿Lo ve?: es que está usted demasiao bien educado.

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  12. La excelencia es la oveja negra de la enseñanza, sin duda. Quiero pensar que hemos tenido otras prioridades, quizá pensando que la extensión de la educación obligatoria arrastraría mareas de jóvenes a quienes había que salvar de la ignorancia. El tiempo nos ha hecho ver que no habíamos acertado, que la democratización era necesaria, pero también era el germen de una homogeneización a la baja, en la que salían perdiendo quienes destacaban por lo alto.
    Entiendo la frustración de quienes tienen que buscarse fuera la vida, pero es lo que hay. Esperemos que la ceguera de nuestros gobernantes y empresarios no nos lleve a convertirnos de nuevo en la España atrasada que fuimos.

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  13. También yo he leído los artículos del País que dices y me hago cruces de la situación a la que estamos llegando.

    Ahora bien, yo creo que un profesor debe enseñar lo que es correcto aunque no sea útil o vaya contracorriente.

    Un país que no valora adecuadamente a sus titulados o donde la formación y la cultura están de sobra no creo que tarde mucho en caer en desgracia.

    Cada cual que cumpla con su obligación. Los políticos deberían plantearse cual es la suya.

    Desde mi punto de vista haces bien enseñando a pensar a tus alumnos y a desarrollar el espíritu crítico.

    Ánimo, a mí también me surgen dudas continuamente en esta profesión, muchas veces parece que trabajamos para nada.

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  14. Me ha encantado la cita de García Calvo, AI59, así que te la agradezco. Me ha gustado tanto que ya me perece mejor que escriba endecasílabos de trece versos ;)
    Y me parece muy sugerente también la entrada de Antonio, porque me suscita una cantidad grandísima de preguntas: ¿Qué es lo que se democratizó? ¿Los que sacaban buenas notas y entendían las materias eran los excelentes? ¿Esos excelentes no eran también homogéneos? ¿Se comportaban de un modo distinto cuando encontraban un trabajo de "directivo" en una multinacional, aunque fuera española? ¿Ah, pero España ya no está atrasada?
    También quiero dar las gracias a María. Verdaderamente una respuesta tan encantadora desarma a cualquiera, si es que hubiera algo que desarmar, que no lo hay en este caso. ¡Gracias!
    Como se puede ver, me encuentro como en casa; espero no estar abusando, Joselu.
    Un abrazo a todos.

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  15. Es tan rica la conversación planteada y desde ángulos distintos, que prefiero asistir a ella con mucho interés. No me hubiera imaginado un cambio de perspectiva como el que habéis sugerido. Pero en el día a día tengo presentes a excelentes alumnos que ahora lo están pasando muy mal por la falta de perspectivas, una vez acabada la carrera. Me siento cercano a ellos, y me gusta.

    Y por supuesto, esta es tu casa, Animal de fondo.

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  16. Gracias, Joselu.
    Aclarar una errata, más mental que otra cosa con respecto a los versos de García Calvo. Debiera haber dicho "alejandrinos de trece sílabas", pase lo de endecasílabos, pero los trece versos...
    Era por la traducción de los sonetos de Shakespeare, claro.
    ¡Gracias!

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  17. ¿y todo esto para qué? Es una pregunta que me hago a menudo. Yo tengo bastante claro que no me voy forrar de dinero cuando termine la carrera, que tendré suerte si encuentro trabajo.
    En mi caso, nunca me ha preocupado mucho el futuro. Si tuviera que estudiar y aprender sólo por qué así voy a tener un mejor futuro, con un mejor puesto de trabajo, etc... no lo haría, porque nadie me garantiza el futuro.
    Me motivan otras cosas, el hecho de aprender, de entender más y mejor el mundo y las puertas que me abre (no necesariamente laborales) el hacerlo. Y quizá algún día hacer algo útil.
    No sé, la realidad es la que es, igual si todos los alumnos de bachillerato y carreras universitarias supiéramos el futuro que vamos tener dejaríamos de ser tan comodones y haríamos algo al respecto.
    Un abrazo Joselu. :)

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  18. Es terrible. A mis hijos les enseñamos que su único patrimonio será el sentimental, que es generoso, su esfuerzo, su interés por aprender, su curiosidad, su afán por ser mejores personas. Así lo asumen ellos, a pesar de sufrir de cerca que su padre, ejemplo de talento, de esfuerzo, de años y años de trabajo a sus espaldas, lleva ya bastante tiempo sin trabajar.

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  19. Querido Joselu,

    Larga ha sido mi ausencia, justamente por seguir creyendo que mi formación y mi esfuerzo se verán recompensados algún día.
    A pesar de estar ya en este momento más que predispuesta al fracaso tras doctorarme, no tengo más que mirar a mi alrededor en la cafetería de la Facultad y darme cuenta de que algunos aún albergamos una pequeña esperanza, pero que a cada paso, a cada plaza, a cada piedra en el camino del vecino dos generaciones mayor, va apagándose como la llama de una vela apunto de consumirse.
    Quizá cueste creerlo, pero si yo hoy fuera uno de tus alumnos, volvería a seguir los mismo pasos que seguí en su momento. Tengo 25 años, una licenciatura, un máster y estoy doctorándome, cobrando un sueldo mileurista que mi propio hermano como encargado de un almacén de Bershka, casi duplica. Sí, podría sentirme engañada, estafada, pero de eso no tendría la culpa quien me inculcó el amor por el pensamiento crítico, por no dejarme llevar por la idea prefabricada, por la literatura y las artes en general, todo lo contrario. Quizá sin eso, hoy sería incapaz de asumir mis decisiones, con sus fracasos y sus éxitos. No es fácil comprenderlo. Duele ver como cualquier otra cosa es mejor valorada que las horas, los días, los meses que me paso leyendo, analizando, divagando, incluso soñando con todo eso que leo, pero al final, cuando uno se aleja de todo ello, toma perspectiva, tiene clara una cosa, la única que sobrevive a toda la frustración: haber hecho lo que uno sentía que tenía que hacer y disfrutarlo durante el trayecto ha merecido la pena.
    Quizá el destino no sea el esperado, quizá algún día esté de cajera en el Mercadona ocultándole a mi jefe que soy una universitaria más, pero creo que a pesar de todo eso, nadie en el mundo podrá quitarme el placer de poder pensar por mí misma, de percibir el mundo con todo sus detalles y de ser capaz de enfrentarme a la vida sufriendo y disfrutando, aunque a veces de un modo muy descompensado.
    Gracias por tu reflexión y por darnos la oportunidad de compartir nuestras opiniones.
    Un abrazo,

    La decimonónica

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  20. Puedes hacer como yo, si es que ya has perdido todo el juicio y desesperas lo suficiente: renunciar a explicarles nada, renunciar a la profesión y renunciar a ti, pero, sobre todo, renunciar al mundo. ¿Difícil? Sólo hay que dar el paso...

    Un abrazo.

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  21. Para nada, amigo mío, para nada... Hay momentos como éste, hay reflexiones como ésta que conviene no plantearse porque las respuestas y las soluciones posibles no hacen sino complicar aún más nuestra desazón vital y profesional... Un perfecto planteamiento con una dificilísima respuesta...

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  22. Animal de Fondo dice con gran exactitud lo que me gustaría aportar en este debate; con más conocimiento y sabiduría, además.

    El estudio, la lectura, la reflexión, satisfacen una pulsión muy extraña que aparece en las entrañas de las personas. El trabajo está a otro lado. Aunque está claro que el comer y el sobre-vivir son anteriores a satisfacer el ansia de conocimiento.

    En todo caso, seguimos aborregadamente acomodados nadando en nuestra opulencia de bienestar engañoso. Si la situación es tan jodida, no huelga general, sino manifestaciones constantes ante las indecentes personas que gobiernan nuestras vidas sin sensibilidad ni sabidiría de ningún tipo.

    Joselu, te respondo a uno de tus comentarios en mi blog y te hago una invitación pirenaica.

    Un saludo para todos.

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  23. Ahí va una disidente. Suerte que no me importa :)

    Estudié primero porque mi madre me dijo: para trabajar tendrás toda la vida. Y de hecho llevo quince años en ello. Qué razón tenía. Y segundo: por puro gusto. Prueba de, que ahí sígo. Ni más, ni menos, que por eso. Después me di cuenta de que lo mismo hasta podía trabajar en algo relacionado con aquello que amo. Una suerte. Así que llevo 15 años currando y estudiando -salvo un año que paré de trabajar, y tres que paré de estudiar-. Y ahora, igual que ayer, pienso que si no puedo trabajar en lo que quiero, pues trabajaré en otra cosa, ¿qué importa? lo que tengo nadie podrá quitármelo. Nadie. Y también pienso, que hacer siempre las cosas esperando un beneficio, conduce irremediablemente a la frustración, que hay que hacerlas con gusto, y con ganas, porque ahí es cuando la recompensa se obtiene con la acción. El resto, bueno, lo que venga bien, y lo que no, también.

    Sí, la situación ciertamente en nuestro país, es un asco. Prueba de ello tengo las que quieras. Un primo que es un auténtico crack el tío, ingeniero en teleco... que ha tenido que marchar a Alabama, porque era eso, o el paro. Una amiga premio extraordinario de promoción, doctora MH cum laude en genética y que está en Inglaterra. Un colega, pero más que válido, también doctor -en microbiología- esperando una beca que le envié a Alemania, por no quedarse con otra que le enviaba a Brasil... en fin... Y fíjate, sin embargo a ellos no les compensa, y a mí sí, aunque en apariencia están mejor que yo incluso. Ya te digo, en apariencia :) Para vivir, lo repito y lo repito, una y otra vez, no hace falta tanto. No-hace-falta.

    Así que... no pienso en qué podrías decirles a tus estudiantes para motivarles en el sentido de que la recompensa será económica y que eso mejorará sus vidas, porque me parece una soberana tontería. Cuántos no habrá que estando podridos de dinero vivan una existencia infeliz, cargando pesados sacos de piedra aún con todo su dinero, atrapados en vidas que no quieren vivir, intentando evadirse de cualquier forma posible. Pues no conozco yo a gente así... con todo su dinero, me dan una pena tremenda, te lo aseguro.

    En lo que sí pienso, en qué podría haber hecho alguno de mis profesores -que salvo dos, ná de ná- para conseguir traerme al punto en el que estoy: Enseñarme a razonar y enseñarme que el cerebro, está para pensar y no para hacer o decir la primera gilipollez que a uno le viene a la cabeza sin más ni más. Conmigo llegaron a tiempo, por suerte. Ellos y mis padres, claro. Y aunque me equivoque cien veces y más, al menos, me da para pensar en ello y reestructurar. Y se lo agradezco a todos, y porque por ahí llegué a la conclusión, de que el más esencial de los valores, es el respeto. Frente a TODO. Y de que sin él, estamos perdidos.

    No sé si se entiende algo de lo que he escrito pero si no es así ya vuelvo otro día porque se me cierran las persianas ya.

    Besos, Joselu.

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  24. Yo pienso lo mismo cuando estoy dando clase. ¿Qué pinto yo volviéndome loco para que entiendan bien el Imperio Bizantino? Hoy en día lo que priva es otra cosa, eso no. Entonces ¿Dónde queda lalabor de un profesor en secundaria?En Primaria tiene más sentido puesto que se enseñan cosas más simples que sirven para andar por la vida, pero ya cuando empezamos con los climogramas y todo eso, una nube de fatuidad invade los intereses del alumnado. Tal vez una pequeña revolución desde el gobierno en el mundo del trabajo (no estoy hablando de la reforma laboral) sería necesaria. Pero confieso que no sé cómo se tendría que hacer.

    Un abrazo.

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  25. Cuando el español comience a dejar atrás su tradicional inmovilismo, que viene dado por el arraigo a la ciudad natal, a la familia y a la vivienda en propiedad y domine el idioma inglés como su propia lengua saldrá del corral de los pollos. Hablar de expatriados y desterrados en el
    mundo actual me parece excesivo.
    Saludos

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  26. Yo empecé a trabajar repartiendo cajas de frutas en los mercados, con una cinta al cuello que las acoplaba a mi espalda, como un esclavo en las ollas de Egipto. La ciudad, desde el camión descubierto, a esas horas de la mañana, entre 5 y 8, era un espectáculo aún mayor que el de los propios mercados desperezándose. Duré una semana, hasta que me deslomé: tenía 15 años. Pero desde entonces distinguí con nitidez el mundo del trabajo y el del estudio. Jamás he estudiado para trabajar. Por eso es tan amargo enseñar lo que uno ha amado tanto a quienes no quieren aprender, convertir la pasión por la literatura en una prosaica asignatura. Fui más feliz laboralmente, sin duda, como mísero chupatintas adinistrativo que como "señor profesor" de vía ancha. La vía estrecha eran las oposiciones a cátedra que ni siquiera tomé en consideración... No, nunca se ha de estudiar para conseguir un trabajo. Puede que los estudios nos lleven a uno, pero que sea así, no al revés.

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  27. Simplemente para ser más felices.

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  28. Sí, podremos poner medidas correctoras laborales: incentivos a la contractación, etc, ya un anterior Ministro de Trabajo comentaba como le entraba el desanimo al detectar que no servían relativamente para nada, se creaba empleo pero subía el presupuesto destinado a desempleo.
    Crear una empresa, se puede hacer tan tedioso, que una vez constituida, no te queda ni las fuerzas para seguir en ella. Maldita burocracia, cristalizada en un tejido funcionarial que asfixía la generación de riqueza. No sólo la expectativas de encontrar trabajo te insta ha salir fuera de tú país, no, es también la formación que puedas recibir. El Eramus ha abierto los ojos a muchos estudiantes que ven otra forma de aprender diferente a la recibida en su país.
    Un país que baja un 10% del presupuesto en investigación, un país que vive a la espalda de una universidad obsoleta y funcionariada no puede levantar una masa parada tan astronómica como la que actualmente tenemos y tendremos.
    Si, haremos huelgas, exigirimos nuestros derechos, que para eso se crearon, pero el cambio es tan profundo, que difícilmente podrá solucianarse en las futuras generaciones.

    Pero, esperemos que no lo lean tus alumnos, esperemos que no se contagien de las generaciones anteriores, esperemos que podamos estar en un mundo mas justo, la utopía siempre.

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  29. ¿Qué hay que hacer?
    Presentar una instancia
    y adjuntar el curriculum.

    Sea cual fuere el tiempo de una vida
    el curriculum debe ser breve.

    Se ruega ser conciso y seleccionar los datos,
    convertir paisajes en direcciones
    y recuerdos confusos en fechas concretas.

    De todos los amores basta con el conyugal,
    los hijos: sólo los nacidos.

    Importa quién te conoce, no a quiénes conozcas.
    Viajes, sólo al extranjero.
    Militancia en qué, pero no por qué.
    Condecoraciones sin mencionar a qué méritos.

    Escribe como si jamás hubieras dialogado contigo mismo
    y hubieras impuesto entre tú y tú la debida distancia.

    Deja en blanco perros, gatos y pájaros,
    bagatelas cargadas de recuerdos, amigos y sueños.

    Importa el precio, no el valor.
    Interesa el título, no el contenido.
    El número del calzado, no hacia dónde va
    quien se supone que eres.
    Adjuntar una fotografía con la oreja visible:
    lo que cuenta es su forma, no lo que oye.
    ¿Qué oye?
    El fragor de las trituradoras de papel.

    Wislawa Szymborska.Escribiendo el currículum

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  30. Joselu, en estos tiempos estamos todos tan perdidos que el solo hecho de hacerse preguntas ya supone un síntoma de lucidez. Nada está claro, los caminos iniciados no parecen tener un destino claro, las carreras, masters y demás no garantizan nada, parece que incluso estorban a veces, así que, con este panorama, ¿qué importancia real tiene lo que enseñamos en las aulas? ¿Sirve de algo? ¿Cómo convencemos a un adolescente de lo fascinante que es conocer obras literarias? Leer ayuda a ordenar el pensamiento, a descubrir otros mundos, pero parece servir de poco para conseguir un empleo miserable y mal pagado. Es desolador seguir empeñado en intentar transmitir belleza y valores en un mundo tan carente de ellos. No sé qué decirte porque a veces siento la misma desolación, aunque mis alumnos son más pequeños y tienen más lejano el mundo laboral. Ni siquiera sé si cabe mencionar la palabra "esperanza", pero si también la perdemos, qué nos queda?
    Un fuerte abrazo, colega.

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  31. Querido Joselu...al problemas que formulas y planteas llevo bastante tiempo dándole vueltas. Precisamente mi hija ha empezado este año 2º de Bachillerato y después.... Ella quiere hacer Comunicación Audiovisual a algo así se llama. Lo tiene claro...quiere hacerlo...pero ¿Tiene futuro? Yo se lo digo a diario...no te importe, estudia y haz una carrera, una formación profesional....lo que sea, pero que te den un Título, porque tal y como se está poniendo el patio...hasta para barrer lo van a pedir.
    ¿Qué ocurre en este puñetero país?...lo ignoro. No alcanzo a ver el problema en su totalidad. Tenemos un Presidente de la Patronal...que para más de uno, sobre todo sus ex empleados es un auténtico chorizo. Tenemos de los salarios más bajos de Europa con servicios a precio europeo...la telefonía e Internet más cara del continente, la luz, el gas...y ahora con la crisis en competitividad estamos a nivel de las Islas Barbados...
    Hace 5 años cuando el ladrillo campaba en su apogeo, cuando los chavales dejaban de estudiar y cobraban 2000€ /mes como peones de albañil, cuando era una aventura casi imposible encontrar un electricista, fontanero...no digamos un escayolista...el paro estaba entre el 7 y el 8 por ciento. Si mal no recuerdo cuando estudié economía, aún recuerdo el texto...”Economía moderna” de Samuelson, creo que le dieron el Nóbel, el ideal del paro era el llamado “paro estructural entorno al 3 o 4 %. Sería el pleno empleo, ese paro es el de cambiar de empresa, el de reestructuraciones...Pues bien en aquellas circunstancias económicas boyantes gracias al ladrillo, la economía española se inflaccionaba y recalentaba pero no bajaba del 8%. El problema es entonces que la clase empresarial son una panda de ineptos incapaces de gestionar decentemente. ¿ No aumentaría la competitividad reducir los beneficios? Ahora resulta que la competitividad se logra bajando el sueldo al obrero y despidiéndole más barato...a eso se llama incentivar ¿no? Llevamos años escuchando hablar del I+D+I debe de ser algo complicado o está escondido pero bien escondido porque... Paro, paro que me lió y me lió y no termino... que esto da para un tratado de 700 páginas como poco.

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  32. Cuánta desolación en los últimos comentarios. Se parece de algún modo a la mía después de pasarme cuatro años en el consejo escolar del cole de mis hijos sin haber movido jamás a ninguno de los profesores ni a un milímetro de distancia de sus costumbres. Tiempo perdido.
    Pero lo que no veo es el por qué de esa desolación entre los profesores. El tiempo de clase me parece que puede desarrollarse a pesar de los problemas globales de un país. Yo envidio sinceramente la posibilidad de disponer de un auditorio con el que hablar de literatura y ¡completamente gratis! Claro que tiene importancia lo que debería enseñarse en las aulas, que en mi corta y tal vez equivocada e incompleta experiencia no se enseña en general, con sus excepciones, Joselu una de ellas. No entiendo que haya que convencer a nadie del interés de la literatura, como si fuera algo difícil de desentrañar o un problema que resolver, con una incógnita lejana. Lo que hay es que preparar las clases quien no lo haga, dar cuarenta clases en cuarenta años y no la misma clase cuarenta veces y luego ya dejar que Séneca, Proust, JRJ, Cervantes, Garcilaso, Rosalía, Bécquer, Lezama, García Márquez, Borges, Epicteto, Marco Aurelio, Marcial, Catulo, Propercio, La Ilíada, Azorín, La poesía de Unamuno, Quevedo, Fray Luis, Góngora, Fray Luis de Granada, Pedro Antonio de Alarcón, Blas de Otero, Rafael Sánchez Mazas, etc, hablen por sí solos.
    ¿Crisis de valores? El pueblo español nunca consiguió emanciparse ni torcer la bota de sus conquistadores. Aquí pasamos del ¡viva la Pepa! a Fernando VII "el deseado". Castelar, que encandilaba con su verbo a nuestra nación, escribía al margen de la estética de Hegel, según contaba Ramón Pérez de Ayala, que poseyó el ejemplar: "Qué poco ha comprendido este Hegel de las cosas de la estética" y eso en las primeras páginas del libro, porque el resto estaba intonso, sin cortar, no lo había leído. ¿Cuántos libros de crítica literaria se escriben sin haber leído los originales sino solamente a partir de otros resúmenes críticos que tampoco leyeron al autor? ¿Cuántas clases se dan así? España tiene, pues, sus puntos fuertes y débiles. ¿Qué es lo que mejor sabemos hacer? Pues me parece evidente que, con el tópico, lo que mejor se nos da es el tablao flamenco, el desgarro, el corazón partío, la copla, la cañita y la tapa. Así que por esa vía seguramente se encontrará trabajo en España. Antonio Machado, a quien no aprecio tanto como poeta de lo que lo aprecio como profesor, nos retrata en el Abel Martín cuando el maestro, al escuchar a fulanito decir un disparate, le pregunta: "¿Y por qué dices eso, hijo mío?" "Porque me sale del alma, señor profesor". Ahí está España. (continúa)...

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  33. (continuación)
    No puede haber desolación para quienes vivimos en una situación que, globalmente considerada, es privilegiada y opulenta. Según la Agencia Internacional de Energía, 1.400 millones de personas, no tienen acceso a la electricidad. Tenemos periódicos, bibliotecas, trenes, internet. Agua potable, suministro eléctrico; podemos emigrar sin problemas, tenemos "papeles". Y todo ello sin más méritos que los demás que intentan colarse por las rendijas de las vallas de nuestra fronteras. ¿Hay que quejarse de que podemos ir a Alemania a trabajar? Yo no lo veo así.
    José de la Luz y Caballero (retratado por José Martí) demostró con su vida, dando clase en el colegio "El Salvador", que un solo maestro es capaz de cambiar el curso de la historia de un país y su influencia perdura a través de los siglos. No digo yo que podamos imitarlo en su talento, pero ¿de verdad está tan fuera de nuestro alcance conseguir su disciplina, su tesón y su voluntad?
    Saludos cordiales.

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  34. Animal de fondo, no quería intervenir en este debate porque las aportaciones son lo suficientemente expresivas como para que yo no tuviera que interpelar, redirigir o ampliar nada de lo que allí se expone. Aquí ha intevenido un amplio espectro de comentaristas. Desde alguna muchacha que está acabado su carrera de periodismo y quiere encontrar una salida laboral para poder iniciar su vida de pareja -irse de su casa-, hasta profesores que a mí me consta que son un modelo de entrega e innovación continua. Animal de fondo, las aulas se están transformando continuamente. Actualmente los niños de doce y trece años ya no tienen libros en mi instituto y el profesor no lleva papeles amarillentos de repetir la misma clase durante cuarenta años. No puede haber inmovilismo en nuestra profesión por el carácter humano que tratamos y educamos. Pero sí que hay en este foro lógicos y sinceros reconocimientos de nuestra precariedad, de nuestra insuficiencia, de que todo no es como quisiéramos, que la realidad es extraordinariamente compleja. No sabes hasta qué extremos se trabaja con el componente humano y nos sentimos a veces desbordados y superados, puesto que la historia y la realidad que vivimos es cambiante y efímera. En este foro lo que hay es admisión de nuestra insuficiencia, y no es un escenario donde alardeemos de nuestra maravillosa capacidad. Entiende así esa desolación, que es equiparable a la de un médico que se ve desbordado y piensa que cabría hacer mucho más de lo que se hace para salvar la vida a las personas.
    Recibe un cordial saludo.

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  35. Pues si no querías intervenir y yo te he obligado a hacerlo es que seguramente me he pasado un montón. Mil perdones, pues, si ha sido así.
    Un abrazo. ¡Gracias!

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  36. No te has pasado, Animal de fondo, me han gustado tus intervenciones que han generado una serie de comentarios en tu línea defendiendo el placer del conocimiento en sí mismo al margen de su utilidad profesional. Has enriquecido el debate, aunque, claro está, tenía muchos ángulos. Gracias por hacerlo. Un abrazo.

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