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lunes, 27 de abril de 2009

L'enfant sauvage

Ayer veía de nuevo la película de Truffaut con mi hija pequeña. Ella había quedado maravillada la primera vez que la vio. Desde entonces no había dejado de decirme que quería volver a verla. Por fin pude disponer de ella, y lo dos nos quedamos frente al televisor viendo esta película que plantea problemas fascinantes sobre la posibilidad de educación social de un niño que ha crecido sin contacto humano en plena naturaleza. Tiene una base histórica en el famoso niño de Aveyron que fue encontrado hacia 1800 con cicatrices en la cara y en el cuerpo. Aparentaba tener doce años pero era muy pequeño. Bebía en los arroyos y comía bellotas o raíces. Tras diversas vicisitudes, el doctor Itard se lo lleva a su casa e intenta socializarlo enseñándole el lenguaje, el sentido moral y el comportamiento civilizado.

El niño hace progresos aunque nunca puede pasar de determinado umbral y a pesar de que aprende el alfabeto y un cierto número de palabras, nunca deja de añorar su vida salvaje. En la película, el niño, Víctor, se coloca siempre al lado de la ventana mirando el bosque donde había crecido. Una vez se escapa y vuelve a su vida salvaje, pero los progresos dados en la civilización le impiden readaptarse a su vida anterior y vuelve con el doctor Itard tras varios días de vagabundeo por el bosque. El niño estará condenado a soñar con la vida en libertad, aunque será incapaz ya de volver a ella, pero tampoco podrá progresar en la vida civilizada y será en ella un permanente extranjero.

 Esta historia inmediatamente la he conectado con Blanca, una muchacha sobre la que escribí hace un tiempo en un post titulado Le bateau ivre. Os recomiendo releerlo. Tiene ahora veintipocos años y vive una vida equilibrada en compañía de su pareja. Solemos escribirnos y nos contamos nuestras respectivas situaciones. Sus correos electrónicos son un prodigio de capacidad de autoanálisis emocional y existencial. Blanca se hundió durante años en abismos de locura por causa de su enfermedad (TLP, Trastorno Límite de la Personalidad). Ello le llevó a vivir en la calle, a sufrir agresiones y autolesionarse,  a terminar por fin en psiquiátricos en los que fue internada. Me habla de su estancia en ellos. Ahora vive medicada y estabilizada, pero no deja de añorar aquellas fases de locura en que existía un yo que fue  químicamente lobotomizado para dejarle posteriormente en equilibrio pero sin aquel núcleo de identidad que la vertebraba causándole sin duda un terrible dolor pero dándole alguna consistencia. Añora esa vida en los psiquiátricos y me habla de las personas que conoció allí, de su interacción con ellas, de la exquisita sensibilidad de algunos de ellos, de la brillantez intelectual y artística de alguna mujer que estaba allí internada, de la prohibición de tocarse que existe en dichos centros, pero que ellos se las ingenian para sortearla y tener contacto físico de mil maneras diferentes, incluso follando salvajemente. Es una vida de cierta libertad entre electroshock y tratamiento farmacológico en que los yoes desbocados de los internos pueden manifestarse. Trastornos bipolares, esquizofrenia, psicosis… son enfermedades graves que conviven allí en el “hotel” en el que no hay que hacer nada y se puede estar todo el día en pijama y dedicándose a pensar y a relacionarse, a besarse, a tocarse, a darse afecto de una manera u otra, lo que a veces es mejor terapia que la química.

 Ahora Blanca está resignada y se reconoce como no feliz aunque vive en una paz química. Su yo fue extirpado –piensa ella-. No quiere volver a ello claro está, sabe lo que le espera al otro lado (una habitación con barrotes), pero no acaba de sentirse cómoda en la “cordura” y la “normalidad”. La locura tenía su atractivo. No debe pensar en ello. Era un mundo visionario, en el límite mismo de la identidad y del ser. Ahora debe estar acostumbrada a la vida gris y cotidiana que no le atrae para nada. No sabe quién es. Le curaron pero no le dejaron traerse su yo y no todo era desechable. Está condenada a ser alguien desconocido para ella misma. Lo peor además es que ya nunca podrá relacionarse con sus compañeros de locura. Sería malo. Ahora ella está a este lado y no debe volver al otro. No debe volver a ser yo porque ella ya no es así. Su lado patológico y dañino debe quedar alejado.

 Yo le animo a escribir sobre ello. Pienso en el extraordinario testimonio sobre la depresión en que consiste ese breve ensayo titulado Esa visible oscuridad de William Styron, en el que el autor relata su caída en simas de dolor y de tristeza insondables a consecuencia de una crisis que padeció hacia los sesenta años. Es un libro lúcido y apasionante para todos aquellos que han sufrido una depresión y también para los que no. Pienso que Blanca podría articular su visión del mundo y dar origen a un relato magnífico de todo eso que está al otro lado del espejo. Sin embargo, nada parece ilusionarle. Cuando recibo un correo de ella, me pongo contento y lo leo atentamente. Tengo la misma impresión de cuando era alumna mía y la veía expectante en clase, esperando acceder al conocimiento o a la luz. Sigue siendo una lectora compulsiva y una excelente cinéfila. Elementos no le faltarían para crear si pudiera encontrar en ello un aliciente, una motivación. Retratar esos dos polos de la vida (locura-cordura) es una vertiente que merece ser explorada.

 L'enfant sauvage no deja cada día de sentir nostalgia de la vida en libertad que dejó atrás, aunque sabe que no puede volver a ella. No hay retorno, -no debe haberlo- pero tampoco a este lado está la felicidad ni un simulacro de ella.

 ¡Oh ciudad de los gitanos!

¿Quién te vio y no te recuerda?

Que te busquen en mi frente.

Juego de luna y arena.

 FGL

26 comentarios :

  1. Libertad, locura, depresión, civilización, contacto humano, represión... Cuántos temas tocas, Joselu. Recuerdo vagamente la película de Truffaut y me gustaría volver a verla. El mundo de la locura, tan profundo y desconocido, es buena fuente de inspiración para escritores y cineastas. Los que hemos pasado por una depresión hemos temido en más de una ocasión caer en la locura, el límite es casi imperceptible. Yo salí de ella sin medicación gracias a unas terapias de grupo (tres veces) en las que aprendí muchísimo. Eso si que fue una experiencia inolvidable. La depresión es un estado muy doloroso que te obliga a bucear en tu interior, por eso a veces, aunque no resulte agradable, sí supone una intensa experiencia. Se aprende mucho sobre uno mismo, pero no es agradable lo que encuentras. Normalmente no nos planteamos cuestiones serias porque nos acomodamos en la rutina, charlamos de cosas intrascendentes sin querer profundizar porque es como limpiar un pozo negro: huele mal si quieres sanearlo. El otro día hablabas de Goytisolo, muy relacionado también con este tema. ¿La locura es creativa? A veces sí, indudablemente. ¿Cómo se establece el límite entre la locura y la cordura? Somos tan complejos, tan ricos, tan difíciles... Y tenemos que tocarnos, evidentemente, la piel es la puerta de entrada para cualquier contacto posterior. Ay, cuántas cosas me sugiere tu post...
    Un abrazo, colega.

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  2. Yolanda, esa prohibición de tocarse en los psiquiátricos es quizás el símbolo de esa estancia en ellos. No obstante, los internos buscan de una y otra forma, modos de estar físicamente en contacto, de tocarse, de abrazarse, de bailar, de besarse como la terapia más eficaz. Estoy de acuerdo contigo en que la depresión, con sus zonas oscuras y sombrías, con el dolor que implica, supone una inmersión en nuestro yo más oculto. Suerte tuviste que no hubiste de acudir a la química para salir de ella. Un abrazo muy fuerte, colega.

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  3. Aquella frase que escuché en la gran película "el desencanto" de un joven Leopoldo M.Panero"Yo me destruyo para saber que soy yo mismo y no todos ellos" me hizo comprender ciertos meandros de la locura.Un quiebro del paraíso de la niñez.No congeniar con tu propia piel.Rechazarse para buscarse en otro sitio que no encuentras, lleva al abuso de tu existencia.Quizá a la locura.El mérito está en poder mantenerse en ella con un pie en la cordura.Crear poesía, arte, mezclar vida, como Panero que se mantienr ahí, y ya van muchos años,sin abrazar del todo, su ruina.

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  4. Poemas de Rubén, qué película más interesante que es El desencanto, y también su continuación Después de tantos años de Ricardo Franco, una vez muerta la madre. La locura es dolorosa, supone el aislamiento si uno no sabe tener un billete de vuelta al mundo normal. Pero es magnética y la vuelta a la normalidad es también conflictiva. Vivir entre los dos mundos, dices. Tal vez, pero ello no deja de ser también problemático. Es un tema que tendría que ahondar quien haya logrado estar en ambos mundos como Leopoldo Panero, poeta al que sigo.

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  5. Qué rabia me da escribir un mensaje largo y luego dar a no sé qué tecla y que se borre todo... Venga, respiro, cuento hasta diez... y resumo; la historia de Blanca y del niño salvaje me lleva a una de mis recurrencias... Hay que elegir, no se puede estar a la vez en los dos lados del espejo. Veneno, Blanca, muerte, Blanca... Ojalá encuentres besos de amor apasionado y hagas el amor como una loca aquí... Veneno, Blanca...

    Anda, y si quieres te vuelves a borrar... ;)

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  6. ¿No es la vida un cuento contado por un idiota? Pues ya está. Nacemos tan animales y no hacemos tan humanos que cualquier progreso es un pérdida.

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  7. Hoy 50 años hace que Truffaut presentó los 400 golpes en Cannes. Lo adoro como director, como cabeza y como persona. Irrepetible.

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  8. Esa película es magnífica. La vi muy joven y me impresionó. Unos años después no había perdido ninguno de sus valores. Entonces me interesé por el caso y por otros semejantes, pero ya no sé ni dónde tengo todos los apuntes que hice. Respecto a esas personas límites que no pueden vivir ya en un mundo ni en otro, me parece que es la experiencia humana más extrema que pueda darse. Conozco gente de frontera que sufre el desarraigo de no ser aceptado ni en una parte ni en otra.
    Lo que me ha extrañado mucho es que hables de terapias que yo creía ya obsoletas y abandonadas, como los electroshocks. ¿Realmente se siguen dando o hace unos años aún se practicaban?
    Pues ya ves que al final he tenido tiempo de acercarme un rato por aquí. Tu post me ha parecido completo, redondo, tanto que resulta difícil comentar, porque hay mucha sugerencia y todo está tan bien terminado que poco queda que añadir.

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  9. Pero... ¿quién ha dicho que este otro lado no sea otra forma de locura? Un mundo da pie a otro y son infinitos.
    Blanca conoce dos. Nosotros, sólo uno. Estremece pensarlo.

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  10. Me parece terrible lo que nos cuentas, Joselu. Por muy literaria, por muy creativa y por muy intensa que sea la depresión, la enfermedad mental, la locura... a mí me da muchísimo miedo. No puedo acostumbrarme a una mirada perdida, a unos ojos mortecinos que miran hacia su interior. ¡Lo siento, me da mucho vértigo!

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  11. Yo tengo un amigo (tengo muchos amigos, sí, esa suerte tengo) con una historia parecida a esa. No igual pero comparable en muchos sentidos. A él le diagnosticaron "tristeza crónica" a la misma edad que a tu alumna mira, y se quedaron tan panchos. Así que le hincharon a fármacos durante mucho tiempo, en un sitio como ése que describes.
    Probablemente sea la persona más inteligente que conozco. Probablemente no, lo es.
    Él, igual que tu alumna, ha estado en los dos lados de esa linea. Horrible. Verdaderamente horrible Joselu. No estar al otro lado, sino haber estado en ambas partes, o peor aún, vivir saltando de una a otra.
    Hablando con una amiga común al respecto le dije un día: - ¿Sabes? Dentro de la aparente "normalidad", ése esfuerzo que hace por mantenerse en esa misma "normalidad", le tiene amargado, y ella me dijo: -sí, es como el buen café- -¿Como el buen café?-, -Lo que desprende sabe tan amargo y es tan intenso como el buen café, pero sin azúcar.-
    No me importa lo que haya allí ni lo bueno que pueda generar en determinados momentos. Veo lo que queda después, y no lo quiero para mí, ni para ninguno de los míos. Personalmente es terrible.

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  12. Por fin pude disponer de ella, ¿es "me la he bajado de la red"???? :P
    No. En serio. No conozco a nadie con un problema similar, y menos mal, porque debe ser tremendo.
    Impresionante todo Joselu. Gracias por este post.

    Un beso

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  13. Muy interesante post, y muy interesante debate posterior. El abismo siempre atrae, uno necesita asomarse. Pero caer..., eso ya es otra cosa, no?

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  14. "Estábamos muertos y podíamos respirar".

    Paul Celan

    Un poeta que experimentó en propia carne esos mundos del "otro lado".

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  15. El estar aquí y querer estar allá. Que bien conozco eso....
    Tengo 75 años pero mi mente sigue siendo muy joven. Siempre, normalmente, he tenido que vivir según los años que tenía pero yo quería escapar de eso y entonces no he podido disfrutar de la vida. Mi cuerpo es del pasado pero mi mente es del presente y del futuro, yo me encuentro que con la gente de mi generación me aburro y a mí me interesan cosas que en mi época eran "de hombres", me gusta estar siempre con gente joven, me encanta hablar de tabues sin darle importancia, me interesa todo, la reencarnación, la teoria de cuerdas, lo que le pasa a la gente... hablar de la muerte y del ataud que quiero para mí, hablar de la vida, que aunque tenga cosas horribles y las tengamos que vivir, también tiene muchas cosas buenas....
    Yo le diría a Elena que escribir un blog y volcarte en él es una terapia magnífica hasta para conocerte a tí misma, ver hasta donde puedes llegar, saber que te lee gente.... A mi me sirve mucho el mío (http://boheme.zruspas.org)pues ahí me expreso con toda la libertad y soy quien quiero ser.No me coharta nadie ni nada y pienso que si a alguien no le gusta como soy, pues que no me lea.
    Si me escribiera Elena sería un regalo para mí.
    He tenido dos depresiones malas malísimas en mi vida y en mi blog hablo de este tema.
    Muy bueno tu artículo, Profesor, y hasta otra. Lola

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  16. Fascinante la historia de tu ex alumna, la del otro post y la de este.
    Tremendo miedo dan los abismos que hay dentro de la mente. Hablando de películas, una de las que más angustia me ha producido es memento (o algo por el estilo) donde se cuenta marcha atrás la historia de un hombre sin memoria. Muchas veces, por diferentes circunstancias, me pongo en la piel de esa persona y siento verdadero pánico.

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  17. Soy Lola y pido perdon por mi falta de ortografia. Donde puse "coharta" queria decir "coarta", las faltas de ortografia me horrorizan. Si no pongo acentos, tildes, es porque me va mal el ordenador y me sale por ejemplo....car´´atula.

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  18. Solo se me ocurre decir: cuidado. La enfermedad -incluída la mental- a veces es fuente de sabiduría o estimula la creatividad, pero en general lo que produce es dolor, sufrimiento, sin paliativos. Hay mucha "literatura" alrededor de esos procesos, mucha mistificación...

    Lola, lo del acento doble ese creo que es síntoma de virus. Antonio Pierdepeso lo tuvo y se lo curó no sin dificultad.

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  19. La locura es un estado que uno no sabe bien dónde ubicarlo. Si en este lado, donde viven los que se dicen cuerdos, o donde están los otros, los que han perdido la cordura (que no la razón). Y no sé donde colocar la locura porque a mí la demencia me parece un estado de otra dimensión. Que tiene mucho de cordura y mucho de locura. Todos estamos un poco locos, sólo hace falta que las circunstancias hagan surgir la locura rompiendo los moldes de la cordura.

    Un saludo.

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  20. Casi todos en mayor o menor medida hemos rozado alguna vez esa línea donde la locua/cordura están entremezcladas, hoy mismo se han reido de mi porque hablaba solo, cosa bastante habitual en mi por otra parte, trabajé en un psiquiatrico hace algunos años y es bastante deprimente y al tiempo muy estimulante y si te lo tomas con cierta filosofía, respetando eso si a las personas, te ries un montón con ellos. Tengo amigos declarados "locos", esquizofenia, y bueno, no se si los prefiero medicados, están como alelados, o si no fuese por las posibles consecuencias, en su especial cordura. Es mirarse a un espejo, ¿cual es la realidad?

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  21. Por favor, me encantaría saber tú opinión sobre la "reflexión 29" de tu anterior post "debates a contracorriente"...en el fondo dentro de todos hay un poco de locura, de niños, de viejos,de transgresores, de conservadores.. la ruptura del sutil equilibrio de todos los "yos", es la diferencia entre los que están en el psiquiátrico y los que estamos fuera,...mil gracias

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  22. Solemos usar un refrán según el cual "es mejor aguantar un loco, que empujar un bobo"...
    Como para otras tantas cosas en la vida, es casi imposible establecer una línea entre el estado de locura y cordura y mucho más aún coincidir en cuáles son las conductas que te inscriben en uno u otro bando, sé de personas a las que les gustan los estados depresivos, los consideran como una etapa de tránsito en períodos de cambios...
    En un mundo como el que nos ha tocado vivir, donde hay tantos signos desiguales, donde la coincidencia es excepción, el Yo señorea, el futuro es un agujero negro lleno de incertidumbre ¿cuánta cuota de cordura puede atribuirse el género humano? ¿No es frecuente sentir nostalgia por tiempos pasados aunque no fueran estancias en hospitales siquiátricos? ¿No vamos perdiendo un poco de lo que fuimos y vamos haciéndonos a lo que seremos, según las necesidades y urgencias de cada nuevo moemnto? ¿Quién puede decir que al pasar de los años no ha ido dejando atrás pasiones, gustos, desenfrenos; somos todos "ajustados"?
    Joselu ¿cómo te las arreglas para dejarnos siempre en la duda?
    Saludos

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  23. Tu relato, la historia de Blanca me ha erizado el vello de la nuca y me ha emocionado.

    Yo también soy de las del grupo de las que saben lo que es una depresión. Entiendo a la adolescente que fue Blanca, más de lo que estoy dispuesta a reconocer aquí. Ella fue mucho más lejos que yo, yo me quedé mirando al abismo... y como decía Nietzche, el abismo me devolvió la mirada. Por la razón que fuera, pude salir antes de llegar a ir más allá...

    No he entrado muy de lleno en el mundo de las llamadas enfermedades mentales, pero creo que no estaría muy de acuerdo con las teorías actuales, ni mucho menos en esa paz química que se da para que "nadie moleste ni haga nada asocial"... ¿por qué será que me da a mí que estos trastornos los lleva nuestro modo de vivir, una sociedad en la que no cabe nada más que un estándar y punto?

    Un abrazo a todos y feliz día de la esclavitud (y farsa) del trabajo...

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  24. Con todos mis respetos, a propósito de la comparación entre el pequeño salvaje y la historia de Blanca, no atinas. Un desenfoque que te lleva a distorsionar ambas historias. Y respecto a la historia de Blanca no sabes lo que dices (aunque digas que la conoces). Plantear la locura como una "identidad" (que incluso se pueda añorar...) es un error por el que te descuelgas y acabas en el precipicio del sinsentido. Con todos mis respetos, ¿porqué no revisas algunas de tus afirmaciones?

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  25. Quisiera disculparme públicamente ante todos los comentaristas de este post y especialmente pedirlas al Profesor en la Secundaria por el tono de mi comentario anterior. Ni el autor, ni los visitantes ni el propio blog se merecen ese tono. En mi descargo diré que no era mi intención ofender a nadie, sino transmitir una opinión; que suelo ser educado y pacífico; y que admiro el trabajo y el buen pensar y mejor hacer que se respira en estas páginas.

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  26. JMdeUM, bienvenido a esta página donde solemos compartir incertezas como forma de estar en el mundo. Cualquier opinión es valiosa y la discrepancia todavía más. Nada hay peor que ver un blog en que todo el mundo está de acuerdo. Viva la diferencia y el cruce de criterios. Un cordial saludo.

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