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domingo, 18 de enero de 2009

Stardust Memories

                                                                    Foto de Krishnamurti

Hoy me ha venido a la mente esta palabra inglesa stardust que se refiere al polvo interestelar, pero también a un avión que desapareció en los Andes el 2 de agosto de 1947 en extrañas circunstancias junto al glaciar del volcán Tupungato… También la peli de Woody Allen Stardust memories... Y han venido a mí recuerdos de alumnos con los que mantuve densas conversaciones…

 Josep Maria vino un día a hablar conmigo en la hora del patio. Salimos del instituto –los institutos no estaban cerrados con verjas- y estuvimos charlando de sus estudios y su situación. Le pregunté si tenía novia y me dijo que no, y que era de aquello de lo que quería hablarme. Estaba seguro de que lo que le gustaban a él eran los chicos y no las chicas, y había un amigo que para él estaba convirtiéndose en algo más que amigo, pero no sabía cómo actuar. Por otra parte, los estudios en este momento eran secundarios. Quería aclarar este aspecto de su vida, y sólo sentía placer en dejarse caer hasta llegar al fondo de sí mismo… Josep Maria dejó de venir al instituto. Nos abrazamos y le deseé lo mejor.

 Montse pasó una temporada muy dolorosa entre la vida y la muerte a raíz de un accidente de moto. Estuvo un mes en el que su vida estuvo a punto de extinguirse. Afortunadamente se había recuperado y yo le había regalado un libro de Krishnamurti titulado El arte de vivir. Venía a hablar de ello porque la lectura había transformado su modo de percibir las cosas. Ella pensaba que era muy seria, pero últimamente en todos los sitios en que estaba sus amigos, que la escuchaban, se tronchaban de risa con ella y le decían que era divertidísima. No entendía qué le pasaba pero lo cierto es que el libro del pensador indio nacido en el sur de la India y educado en Inglaterra le había llegado muy hondo, y no me extraña. He retomado mi ejemplar leído hace más de veinte años y he visto algunos párrafos subrayados por mí. Uno de ellos dice así: “Cuanto más estrechamente nos aferramos a la seguridad en cualquiera de sus formas, más viene la vida y nos empuja. Cuanto más miedo tenemos y nos encerramos en nosotros mismos, mayor es nuestro sufrimiento, porque la vida no nos dejará tranquilos. Queremos estar seguros, pero la vida dice que no podemos estarlo…”. Esta reflexión me llega en esta tarde  de domingo y revivo aquella conversación con Montse en que se había redescubierto y no dejaba de ser una sorpresa continua para sí misma. 

 Artemio, alumno de COU,  era un enamorado de Stanley Kubrick. Había visto todo su cine innumerables veces. 2001, la odisea en el espacio la había revisitado en más de cincuenta ocasiones, igual que Senderos de gloria, La naranja mecánica, Barry Lindon, La chaqueta metálica, El resplandor, Teléfono rojo, volamos hacia Moscú… Había reflexionado sobre su cine y me hizo uno de los trabajo de lengua más sobresalientes que he leído jamás sobre el cine del director. Compartía con él mi admiración hacia Kubrick. Y nos tomamos alguna bebida en un pub –tenía más de dieciocho años- hablando de cine y sobre nuestras respectivas ilusiones, así como de nuestro entusiasmo por el jazz. Cuando llegó la hora de evaluarlo, yo quise dejar muy claro que una cosa era la amistad y otra las notas. Su examen de sintaxis era muy deficiente y lo suspendí en junio para setiembre, pero entonces yo ya no sería profesor en aquel colegio religioso. Me dolió este suspenso, y años después lo sigo viendo injusto. Para mi alegría, Artemio me llamó por teléfono meses después cuando yo ya era profesor en la pública y me explicó cómo le iban las cosas, sin ningún reproche. Luego ya no he vuelto a saber de él.

 Stardust, polvo de estrellas, jazz, Krishnamurti, Stanley Kubrick, Woody Allen, aceptación de sí mismos… Crecimiento personal, miedo, la vida, encerrarse.

 Reflexiones de tarde gris de domingo escuchando jazz (Oscar Peterson-Jobim).

 Mañana será otro día. 

20 comentarios :

  1. Buenos gustos musicales¡. Yo estaba escuchando mañana de carnaval, de Orfeo negro.

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  2. Buena reflexión de domingo...se nota que te mueve la honestidad como punto de partida...y a partir de ahí la sensibilidad y el compromiso no exento de talento audaz.

    Gracias

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  3. Historias como estas, que traspasan las barreras del instituto y de nuestra memoria, son las que dan sentido a la profesión. Gracias por compartirlas.

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  4. Cada uno de nosotros desarrolla una manía más o menos cambiante según las épocas: cine, música, lectura, fotografía, etc. Los adolescentes, a pesar de vivir en pandilla, tienen a menudo dificultades para encontrar a alguien con quien compartir sus gustos, sobre todo si se salen del estándar (televisivo). Tener un buen profesor como tú, que sepa escuchar, es todo un lujo que valorarán para siempre.

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  5. Oscar Peterson, ummm, no es de mis favoritos, demasidos fuegos de artificio; seguro que está condenado, como Brahms en El Lobo Estepario de Hesse, a vagar por los campos del cielo con su enorme rebaño de notas y acordes superfluos. Nada que ver con la economía de un Count Basie, mi pianista favorito con Ellington. Escúchese al Conde en el Saint James' Infirmary de The Gifted Ones, pespunteando con maestría y magia la trompeta de Dizzy y el bajo de Ray Brown. Al margen de esto, Joselu, me pregunto qué te ha llevado a elegir esas tres historias entre, probablemente, centenares.

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  6. He vivido experiencias semejantes a la que relatas de Artemio.
    Quizá sea una cuestión de los años que vamos cumpliendo y no de otra cosa, pero qué difícil –imposible creo- sería una relación semejante con un alumno del actual 2º de bachiller. Cuando pienso en aquellos alumnos de COU evoco jóvenes, los de ahora adolescentes.

    Como dice Pablo Milanés: el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, y el amor no lo reflejo como ayer..

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  7. Creo que todas las personas que nos dedicamos vocacionalmente a esta profesión, que algunos dicen ingrata, hemos tenido experiencias de este tipo con alumnos especiales, a veces difíciles, a veces buenos estudiantes que pasan una crisis. El más llamativo de todos fue un alumno que tenía el mismo problema que el primero que nombras, y que pasó una crisis terrible agravada por la muerte de una hermana. Actualmente es un magnífico médico, que hizo dos veces el mir con el número uno las dos veces por cambiar de especialidad. Aún nos visita y nos llama. Nos considera, a mi marido y a mí, sus mentores.
    Me ha sorprendido tu lectura de Krishnamurti, porque es de la predilección de mi marido. Yo también he leído algunos libros, sobre todo el dedicado a la violencia, y las conversaciones con David Bohm, pero es mi marido el que lo sigue siempre, inclinación que ha transmitido a nuestro hijo. Si todos tomáramos la conciencia que él explica... el mundo sería otra cosa, desde luego.

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  8. Que un profesor pueda contar tres historias como estas que nos brindas esta tarde de domingo sólo significa que eres un magnífico profesor, una persona de confianza para tus alumnos, un confidente, un consultor, un referente, un amigo... y eso, amigo mío, ni es frecuente ni es normal. ¡Felicidades: los piropos te los han regalado ellos, no nosotros!

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  9. Hola Joselu,
    Tremendo pianista Oscar Peterson. Me imagino que estarias escuchando Corcovado y Triste, entre otras de Jobim. ¡Precioso!

    Paso a mi reflexión...

    “Cuanto más estrechamente nos aferramos a la seguridad en cualquiera de sus formas, más viene la vida y nos empuja. Cuanto más miedo tenemos y nos encerramos en nosotros mismos, mayor es nuestro sufrimiento, porque la vida no nos dejará tranquilos. Queremos estar seguros, pero la vida dice que no podemos estarlo…”.

    Ya te he expresado en otra ocasión mi predilección por Krishnamurti y como mi vida se divide en antes y después de leerlo y poner en práctica lo leído a medida que lo he ido asimilando.

    Hablaba en el blog de Yolanda, sobre la raiz del sufrimiento y este párrafo de Krishnamurti lo resume.

    Cuando nos aferramos a algo, nos desubicamos porque estamos apegados al pasado. Cuando tenemos miedo también estamos desubicados, porque nuestra mente rechaza algo (irreal) que nos llegará.

    Podemos disfrutar al máximo estando consciente que todo pasa... Cualquier evento agradable o desagradable surge, se mantiene un tiempo y luego pasa. Es una locura el querer aferrarse a algo impermanente. Pero nuestra mente es así de tonta y si no nos ocupamos de "domesticarla", nos mantiene continuamente saltando del pasado al futuro, sin estar totalmente en el presente.

    Necesitamos mas vida interior, ver menos afuera y mas adentro. Dedicar tiempo para estar a solas con nosotros mismos. Es en soledad donde encontramos respuestas a nuestras interrogantes y se nos revelan verdades insospechadas relacionadas con lo que creemos ser. Cerrando los ojos por un rato, se nos caen las vendas que nos mantienen ciegos a la verdad.

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  10. Los que os dedicais a esa profesión teneis la suerte de poder estar en contacti directo cn la más rabiosa actualidad del pensamiento. Pienso que en la adolescencia se producen los grandes descubrimientos que nos marcarán para siempre.
    Yo tengo una hija de 17 años y me sorprende cada día. Hablamos muchísimo y realmente aprendo de ella tanto como ella de mi.

    Es un privilegio el vuestro.

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  11. Te envidio, una tarde de Jazz, la mia ha sido con un radiador que perdía agua, si, tiene su encanto, quitar las tuercas, cambiar las juntas, el teflón... pero... aunque esté caliente, es frio, muy frio. Tres hermosas historias.
    Pero, serán manias... toma el sol, aún falta tiempo para la primavera y necesitamos tanto el sol.

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  12. Lástima no haber tenido profesores de castellano, física, valenciano, química y un largo etc... como tú. Por desgracia sois minoría.

    Yo... recuerdo a tres de tu materia. El de tercero era horrible, eso sí, me enseñó la diferencia entre coherencia y cohesión. Poco más. Del de cuarto ni su cara. De la de primero... la fábula de Polifemo y Galatea y de la de segundo, pobre... tantos problemas personales que no sé ni cómo aprobamos el examen de lenguaje en el selectivo algunos.

    Tampoco es que mi instituto fuese una maravilla, que no lo era, ni yo la mejor de las alumnas, que tampoco... y no, no era adolescente, era joven. Primera hornada de "esto" a lo que llaman ESO. En qué mala hora...

    Si llegado el día me pienso como a uno de mis profesores sin nombre... volveré a servir birras tras la barra de algún bar.

    Espero que no llegue el día en que nos encontremos separados por un muro.

    Saludos.

    V.

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  13. Una vez más tus historias me hacen rabiar ( en el mejor sentido posible) de sólo pensar en la maravilla de poder haber tenido profesores así, hubo algunos dignos de mención, pero no creo que haya tenido uno que sintiese ese afecto que sientes por tus alumnos,más que las historias me conmueve que formen parte de tus nostalgias.
    Saludos

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  14. Llevas la vida a tu blog y eso lo hace cada vez más atractivo.

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  15. Qué interesante combinación de anécdotas. Todas apuntan al hecho de que estás en contacto con estos jóvenes en el tiempo en que buscan definir sus vidas.

    El párrafo que seleccionas de K es apropiado para esta época y me resulta muy similar a uno que puse en mi blog de la lectura de H.G. Wells con mi hijo esta semana. Vivimos en un mundo de cambio.

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  16. Dice mucho a favor de ti, que puedas dedicar un post a recrear estas historias con antiguos alumnos tuyos. Esto quiere decir que aún los conservas en tu interior. Porque tu actitud ante sus problemas no te dejaron indiferente, sino todo lo contrario, te implicaste tanto que lo tomaste casi como propio. Y hoy afloran estos recuerdos.
    Un buen profesor tiene que seguir esta senda.
    Un saludo.

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  17. Hay un aspecto del magisterio no pagado ni contemplado en ninguna ley que se refiere a casos como los que cuentas. Algunos profesores tienen el don de la cercanía y la humanidad más allá de los muros de una clase y propician encuentros humanos y cálidos que hacen olvidar muchos malos ratos. Los niños y adolescentes saben a quién se acercan y a quién pueden contar sus cosas, aunque les suspendan con razón. Todos tenemos necesidad de ser escuchados pero andamos sobrados de sermones y consejos. Es una suerte ser buena persona y encontrarte con personas capaces de compartir un rato de charla sea cuals ea su edad y condición.
    Enhorabuena por ser así, colega. Y no cambies nunca.

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  18. Es curioso, pero al leer estas tres historias, me han venido a la mente tantas otras que aparecen dispersas en otras entradas de tu blog. Son apuntes de vidas que han corrido paralelas a la tuya, pero que, una vez contadas, también circulan en paralelo a la memoria de tus lectores.

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  19. Se notan los años vividos (y no te llamo viejo).

    Tienes suerte que has vivido y te mereces estas reflexiones, pues no todo el mundo es capaz de hacerlas. Tu has vivido y sigues viviendo. Disfrutas de lo que te gusta. Has experimentado y a veces ha salido bien y otras mal. No todo el mundo ha vivido como tu y sus reflexiones son nulas, superfluas, que no valen para nada. Las tuyas deben decirte, sigue viviendo como lo has hecho.

    A veces pienso que yo soy demasiado joven, pues ya he reflexionado sobre las reflexiones que tendré cuando tenga tu edad. Ahora las que más me llaman la atención son las vivencias del instituto. La universidad fue algo malo para mi y los primeros viajes me dan buenas reflexiones también.

    Se debe vivir la vida para tener esas reflexiones en un domingo gris.

    saludos y gracias por compartirlas.

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  20. La vida siempre está en movimiento ...

    Muy interesante tu reflexión.

    Buen Domingo !
    Un abrazo.
    Sill

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