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viernes, 26 de diciembre de 2008

En la arena

No los conocía, pero en ellos vi esa relación maravillosa que existe a veces entre padre e hija. El bracito de la niña se apoya con una gran ternura sobre el cuello de su papá. Ambos miran el mar. El padre es el punto de referencia de la hija, su primer amor, hasta que la vida haga que las relaciones se redimensionen y la niña busque en otros hombres claves de su existencia. ¡Qué hermoso es mientras dura! Esta era la playa de Laredo (Cantabria) en un paseo que di por ella en agosto del año 2000. La niña tendrá ahora catorce años quizás. Fotografiar es siempre un acto misterioso y mágico. ¿Qué mirarán ahora padre e hija? Es tan hermoso mirar el mar juntos...

20 comentarios :

  1. Creo que mañana mismo me voy a la playa.

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  2. puede que lo sigan haciendo... o ese es el sueño imposible?

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  3. En Florida tiene que haber playas muy hermosas. Por aquí están las del norte, donde está tomada la foto y el mar es frío, mientras que las del Mediterráneo son más cálidas, parecidas a las de tu estado. Mañana me gustaría también ir a la playa. Me acordaré de ti.

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  4. Eloi, la adolescencia es como montar en montaña rusa sin frenos. Quién sabe, pero todo cambia en esos años.

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  5. Aquí hace un frío bastante desacostumbrado, por lo continuo. Os leo lo que escribís de ir a la playa y me da un escalofrío sólo de pensarlo. Bueno, si vais, id bien abrigados.
    Creo, Joselu, que la relación de una hija con su padre no acaba nunca, ni cuando ella encuentra otro hombre referente de su vida, si no lo encuentra, si él vive o si él está muerto, como en mi caso, un padre es para nosotras un sentimiento siempre profundo, paralelo y complementario al de la madre, diferente, pero igual de sustentador de nuestro ser. No hay sueño imposible. Las formas cambian, incluso el modo de relación, incluso en el enfrentamiento o en el alejamiento, pero ahí está siempre.

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  6. Clares, tuve una relación tan tormentosa con mi padre... que tengo la impresión de que existen alejamientos, contradicciones, y conflictos agudos a lo largo del tiempo. Eso sí, al final mi padre y yo nos reconciliamos, pero costó mucho hasta que él aceptó mi mundo y yo entonces el suyo. En los primeros años se da una relación incondicional, apasionada, llena de ternura, como la que refleja la foto.

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  7. Yo tuve una relación tan complicada con mis padres que envidio a los que se llevan bien sin más complicaciones. No creo haber tenido nunca esa confianza que demuestra la niña d ela fotografía. Mi padre me inspiraba un respeto rayano en el miedo y le obedcí en casi todo, hasta que empecé a tomar u rumbo distinto y empezaron los problemas. Qué suerte poder mirar al mar juntos, con confianza y tranquilidad... Me encanta el mar, ahora suelo pasar el mes de agosto en Donosti con mi marido y disfruto viendo el espectáculo de las olas embravecidas. Me gusta el mar cuando se enfada y cuando está tranquilo y muere mansamente en la orilla, puedo estar horas mirándolo. La vida salió del agua, supongo que de ahí nos viene nuestra atracción por ella. Ojalá pudiera pisar una playa estos días...
    Un abrazo, colega.

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  8. Joselu: una de mis peores pesadillas es que mis hijos se distancien de mí -para mal-, que para bien ya lo harán.

    Es difícil que no ocurra pero, a veces, ocurre. Alguien habrá en la blogosfera que le haya pasado. Yo no tuve esa suerte.

    Saludos.

    A.

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  9. Aquellos que tienen hijos pequeños pueden que tengan la misma sensación. A mi la foto me sugiera una mirada sobre un horizonte incompresible. El misterioso mar desde la infancia hasta la vejez. Las personas que observan detenidamente el mar lo oyen hablar.

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  10. Ahí me has dado.

    Da igual cuantas imágenes hayas puesto o pongas a partir de aquí.

    Para mí, esta es la mejor de todas sin lugar a dudas.

    Perfecta.

    Besos.

    V.

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  11. Joselu, yo veo empatía y afectividad, eso es lo que para mi refleja la foto, que nos muestra a su vez de la perfecta relación entre padres e hijos, idílica, como suele ser los primeros años de vida a nada que se haga. Luego, vienen las decepciones, la falta de comunicación, unos porque intentan o intentamos proteger, otros porque crecemos o crecen.

    Mi padre, a pesar de todo, sigue ahí, con mis hijos aún estoy en la fase de la foto.

    Que tengas un buen día

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  12. Lo más hermoso es cuando te preguntas:"¿Qué mirarán ahora padre e hija?" Las fotografías son la revelación de un instante olvidado y que necesita su tiempo para ser descubierto como eternidad. La vida pasa muy deprisa y no tenemos tiempo para detenernos en los momentos más importantes de nuestra vida,como por ejemplo,un padre y su hija mirando el horizonte. Yo me pregunto:¿qué se preguntará la niña cuando sea una ancianita y mire esta fotografía?

    Que tengas un feliz año, Joselu.
    Un fuerte abrazo.

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  13. Aplicando la navaja de Occam son padre e hija, pero ¿quién sabe? Si cuando oímos ruído de cascos siempre pensamos que pasan caballos, el día que pasen cebras nos equivocaremos.

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  14. Yolanda, el mar enamora, fascina, atrae... Es como una hoguera, que uno no puede dejar de mirarla. El mar es una espada innumerable que dijo Borges. También me hubiera gustado poder mirar así el mar con mi padre, pero no pudo ser.

    Antonio, quiero pensar que lo buena persona que eres (se nota)llevará a que tus hijos no se terminen de distanciar para mal de ti. Puede haber conflictos pero siempre debe quedar el rescoldo de esos primeros años. Quiero pensarlo.

    Anónimo, me agrada que te haya gustado la foto y que te haya tocado. Cada una de las que publico responde a planteamientos diferentes intentando hacer una pequeña exposición que no puedo hacer en la realidad. Pero esta está muy bien. Me gusta vuestra compañía.

    Sonia, qué hermosa edad la de tus hijos. Es una edad preciosa hasta los diez años; luego ya empiezan los cambios y las tendencias adolescentes para las que hay que prepararse y echarle muchísima paciencia y optimismo. Un cordial saludo.

    Francisco Machuca, qué bien encontrarte por aquí. Gracias por tus palabras. También te deseo un feliz año. ¿Qué mirarán ahora?

    Panta, puede que sean cebras pero nosotros, para el planteamiento que tenemos, bien podemos suponer que son caballos. Que te salga bien la kedada de Almendralejo.

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  15. En esta primera página de tu blog es la segunda vez que tras una foto te preguntas qué habrá sido de los protagonistas al pasar el tiempo.... Realmente, Joselu, es eso importante? O lo más importante? Creo que lo mejor es el momento captado: El amor en la mirada de la pareja de unos posts más abajo, el bracito de la niña rodeando el cuello de su padre (para mí son caballos, los cascos de las cebras suenan diferente, Panta, porque no van herradas)... Lo importante es el momento captado por ti, con mucha sensibilidad debo decirte. Seguramente ni ellos mismos sabrán nunca que sus momentos han sido inmortalizados y que todos nosotros, tiempo después, divagaremos sobre lo que ha sido de sus vidas.

    Un beso, Joselu

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  16. Hermosa foto, con estos últimos post otro talento del Profe que aflora, tengo al suerte de que a los 34 años sigo con el brazo puesto en el cuello de mi padre, por el otro lado lo cuelga mi hermana y los nietos se amontonan entre sus rodillas, cada día lo vivo pensando en que algún día mis hijas puedan sentir lo mismo por mí, lo acuciante es: ¿lo lograré?, necesito pensar que sí, y no importa qué se mire, sino que las miradas sean límpidas aún siendo divergentes. Un abrazo
    ¡FELICIDADES!

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  17. Novicia Dalilla, quizás sea mi pregunta producto de que estas fotos no son recientes. Todas tienen unos cuantos años. No he querido utilizar de momento los archivos digitales. Tienes razón, lo importante es el momento captado, pero a la vez mi inquietud, siempre existencial, tiene al tiempo por compañero inseparable de nosotros, tal como se expresa en las Coplas manriqueñas. Pero no volveré a preguntarlo. Un abrazo.

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  18. Yolanda, qué suerte tener al padre afectuoso junto a ti y junto a sus nietos. El mío murió hace ya diecisiete años. Al final, como digo, nos reconciliamos, pero el recorrido fue largo y llegamos hasta el límite. Es una fortuna tener a un padre con el que poder disfrutar sin tan largo camino de búsqueda y desencuentros. Felicidades, amiga.

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  19. El mar, el mar...el eterno y amado mar.

    Y si, el primer amor (y desamor) son nuestros padres.

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  20. Me ha gustado muchísimo está foto al igual que el texto que lo acompaña. Al leerte me ha asaltado la ternura y no sé porqué un poco la melancolía.

    Quiero imaginar que ambos (padre e hija) están vivos y que tienen una relación tan cercana y especial como la que se deduce por esta foto.

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