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jueves, 12 de junio de 2008

Orden y método


Una primavera lluviosa ha dejado abundantes precipitaciones en casi toda España. Incluso se han batido records en muchas capitales y regiones. El curso ha ido acabando y ahora estamos en los últimos días. Prácticamente las clases han acabado. En mi centro nos dedicamos estos días a los llamados Créditos de síntesis y a las clases de preparación de suficiencia para alumnos con asignaturas pendientes. El clima se ha relajado y todos nos preparamos para un receso veraniego que nos llevará a cargarnos de energía cara al curso que viene.

Quiero retener aquí algunas conversaciones captadas a nivel de pasillos en estos días finales. Varios profesores se estremecen con el alumnado que ha habido este año en primero de la ESO. Han sido cursos realmente conflictivos en que bastantes alumnos creaban un clima de difícil resolución académica. Algún profesor ha confesado que se ha despertado soñando con determinados alumnos. Se han hecho estimaciones que en primero de la ESO hay 26 familias que han perdido totalmente el control de sus hijos. En su casa no pueden con ellos y en el instituto tenemos graves problemas para contenerlos faltos de diques emocionales y de autoridad.

Curiosamente, hoy en hora de guardia, he tenido ocasión de conversar con una de las alumnas más famosas del centro por sus constantes amonestaciones y su permanente asalto a las normas de convivencia. Llamémosle Adriana. Parecía una muchacha razonable. Estaba expulsada. Quería ser derivada a la UE (Unidad Externa), especializada en alumnos conflictivos. Charlando con ella no parecía esa alumna terrible que retratan sus docenas de partes de expulsión.

Hay otros casos de alumnas descaradas que gritan a algún profesor comentarios obscenos y desafiantes. En este blog en la anterior entrada se daban interesantes claves para controlar el aula. He leído todas con sumo interés aunque no las haya comentado en el post. Ser un buen profesor es un don como ser buen artista o un buen arquitecto o un buen actor. No todo el mundo posee esas cualidades casi mágicas que convierten la entropía en orden y equilibrio. Hay un desafío palmario a la autoridad. Hay quien lo resuelve con el carácter justo y equilibrado, hay quien lo hace con autoritarismo y el juego de miradas, hay quien con la presencia sólida en la clase. Ser profesor es un ejercicio difícil del uso de la autoridad. Y es como el caso de los buenos y malos toreros. A veces se sale a hombros y otras nos cae encima una lluvia de almohadillas y silbidos. Este año que acaba he salido con una sensación compleja. Por un lado me doy cuenta de que ha habido aciertos, pero también salgo con una sensación de cierta desolación por la que me digo que podría haberlo hecho mucho mejor. Mi carácter desordenado y caótico no contribuye a la ordenación de alumnos faltos de método y de hábitos. Y es un problema difícil de resolver. Sin embargo esta carencia de orden en mi constitución personal –que es un grave problema- es un buen aliciente para alumnos con ciertas estructuras organizadas porque les anima a crear.

Por eso pienso que el orden mental es un potente organizador del aula. Nadie lo había citado salvo Cariátides en su magnífico comentario. Lamentablemente quien esto escribe es enormemente deficitario en todo lo referente al método. No sé hacer dos veces la misma operación del mismo modo. Ello es un factor de creatividad en ciertos niveles pero también de desconcierto y desbarajuste en los niveles que más necesitados están de rigor, método y reglas fijas. De ahí mi desconsuelo y pesadumbre.

16 comentarios :

  1. Hola: la verdad es qeu a mi este tema me afecta muchísimo. Tengo pánico a no saber controlar una clase y a acabar frustrada...creo que además tengo un carácter inseguro que no me va a ayudar en nada...
    En estos últimos días antes de las oposiciones, las dudas me asaltan, ´¿no estaré apostando por algo para lo que no valgo?

    En fin, perdón por el rollo, jajaja

    Saludos, por cierto, ¿tú eres de los que controlan o lo contrario?

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  2. Nuestro trabajo es mantener la autoridad y el respeto a la vez que creamos un clima de confianza en el aula para que los alumnos se sientan más o menos relajados. La tarea es más que difícil, y como tú bien dices, hay veces que se consigue y otras que no. Los finales de curso siempre son momento de reflexión, y en mi caso es justo la contraria a la tuya. Me pregunto si seré capaz de incorporar ideas parecidas a las tuyas a mis clases de Geografía o Historia para fomentar la creatividad en los alumnos. Mi carácter ordenado y metódico me impide a veces crear actividades nuevas que salgan de lo habitual y despierten su lado más creativo. Ahí tu serías un gran maestro, Joselu.

    Este curso nuestros primeros de la ESO también han sido terribles, de lo peorcito de los últimos años. Y en todos los casos problemáticos las familias pasan olímpicamente de los chavales. Es muy triste que esto ocurra.

    Espero que tengas un final de curso tranquilito.

    Un abrazo

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  3. Más que el orden material, conviene apelar al orden de las emociones y ahí, Joselu, tienes la batalla ganada.

    El desorden en las aulas es muchas veces fruto de un desorden emocional. Jóvenes que no encuentran asidero afectivo que se tambalean buscando complicidades.

    Si por lo que sea, estos alumnos conflictivos encuentran a un profesor capaz de poner orden a sus universo emocianal, éste habrá ganado la más difícil de las guerras.

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  4. Orden, desorden, entropía, caos... como la vida misma, vamos. Los resúmenes finales como las despedidas dan una cierta tristeza en los espíritus sensibles.

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  5. Muchísimas gracias Joselu por tu citación en el post. Estoy con Lu, ayudarles a ordenar sus emociones y canalizarlas quita más de un 50% de problemas en el aula.

    A mi también me pasa que no sé hacer dos veces la misma operación del mismo modo, por eso llevo mis clases apuntadas, todo, para poder llevar la misma línea organizativa en los mismos terceros. Y por qué además cuando me voy explicando por peteneras nunca sé donde voy a acabar, con mis folios por delante puedo retomar el hilo, de donde partió la reflexión que nos alejó del tema que veníamos explicando. Pues además de caótica y desordenada, soy tremendamente despistada... Ando cuidándome de mis posibles desastres todo el tiempo. He llegado a la conclusión de que dentro de todo caos rige cierto orden interno que hace que al final las cosas funcionen también.

    Un abrazo, amigo.

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  6. En mi país tambien llueve sobre mojado y no sé si es este ambiente ó lo es la cercanía del fin de curso pero tanto padres como alumnos arañamos la meta...ya me imagino los profesores...ojalá este período vacacional traiga calma mental y el reencuentro con las familias para iniciarpositivos el próximo ciclo,un abrazo Joselu!!

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  7. A todos los profesores: ¿es cierto que hay niños incontrolables, o todos tienen un talón de Aquiles?

    Yo abogo por lo segundo, pero no tengo experiencia suficiente que lo reafirme.

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  8. Cosas que funcionan en mi grupo:

    Evitar a toda costa, cualquier cosa que les de una excusa...

    Ademas mantenerlos ocupados con actividades que les gustan a todooos.

    Proporcionar un ambiente tranquilo, sin presiones, donde se pueda respirar paz -sin que ellos lo noten-

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  9. Como llego tarde, lo primero que quería decir ya lo he leído en el comentario de Lu; lo segundo, Joselu, es que los profesores un poco caóticos y desordenados (como yo misma, y ¿y tú también?)tenemos la esperanza que los metódicos y ordenados equilibren la balanza, y así nuestros muchachos (¡cuánto me gusta dar clase en 1º de ESO!) dispongan y ¿disfruten? de diferentes modelos de enseñanza y de aprendizaje. Además, lo que nosotros percibimos como "desorden" no siempre es sentido de la misma forma por ellos. Preguntemos... Nos llevaríamos más de una sorpresa.

    Y coincido contigo, recordando el post anterior, en que se debe ser un poco actor... o malabarista, o funámbulo o payaso (solo a veces... ¡Qué importante es el sentido del humor, que no se parece al sarcasmo ni a la ironía despiadada!). Sí, y cada uno interpretamos como podemos. Yo tiendo a la improvisación, y puede que una mañana hasta les cante (para esto tengo público asegurado)...

    Nada más... Echo de menos mi mes de junio: las memorias, los claustros, las notas, las sesiones de evaluación, los compañeros con su cansancio y sus planes para las vacaciones, ¡los niños!...

    Otros junios vendrán...

    Un abrazo

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  10. La impaciencia me lleva a no revisar lo que escribo antes de darle al botoncito de "publicar". Claro. "tenemos la esperanza DE que los métodicos"... Y alguna que otra rima interna que no me hace mucha gracia... Bueno, el estilo para otro día.

    Aprovecho y te mando otro abrazo.

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  11. Nadie es perfecto, el saber reconocer nuestras deficiencias nos hace caminantes hacia logros mejores.
    Realmente como son los jovenes ahora, ustedes los maestros deberan incorporar energias, antes impensables.
    Gracias por permitir leerte.

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  12. No hay fórmulas mágicas. Todos los que estáis aquí sabéis que enseñar en un aula es un acto complejo que depende de (casi) infinitos factores: el profesor y su circunstancia concreta, cada alumno, cada grupo, la hora, el lugar, el tiempo atmosférico... El buen docente es el que mejor calibra todos esos factores y sabe dar una respuesta apropiada en tiempo real. Y esa respuesta nunca puede ser la misma. A menos que seas un encantador de serpientes.

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  13. Antonio va bien encaminado: la improvisación perpetua (que no, ciertamente, La paz perpetua, de Kant)es lo que exige la profesión. De ahí, además, el desgaste: haciendo frente cada día a situaciones nuevas y arbitrando soluciones que, además de efectivas, sean justas, equilibradas, y, ¡por si fuera poco lo anterior!, les ayude a crecer y despegarse de las calostros infantiles a los que parecen aún enganchados.
    Por otro lado, y contra mi tendencia a la anarquía, el desorden, la imaginación disparatada y la subversión de los más rancios valores sociales, mi empeño pedagógico se orienta siempre hcia la enseñanza de la argumentación, con todas sus fases, desde la lluvia de ideas hasta la crítica de las ajenas, acabando en la adecuada y clara organización y expresión de las propias.

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  14. Joselu, tengo una prima de profesión sicóloga y un gran sentido del humor que dice que ella cree que las maneras de comportarse de los más pequeños en el mundo de hoy es tan generalizado y diferente de unas generaciones atrás, que tal vez debieran los medioambientalistas ver si no se debe a algún efecto directo del agujero de la capa de ozono. Entiendo tu preocupación ante la indisciplina y rebeldía de los jóvenes, pero no comparto tu desánimo quien siga tu blog y haya visitado la que compartes con tus estudiantes no puede menos que disentir, has logrado cosas en este curso y seguro seguirás lográndolas, pues el amor y el empeño que pones en tu profesión, es algo de lo que me atrevo a dar fe al leerte, y aunque de buenas intenciones puede estar empedrado el camino al infierno, no hay duda de que el bien y el amor cuando se dan generosamente dejan siempre al menos una pequeña semilla que puede tal vez quedarse dormida, pero algún día despierta y esa esperanza no puede abandonarte, un abrazo

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  15. Comparto casi todo lo dicho hasta ahora, pero me hago algunas preguntas, que comparto con todos vosotros:
    1. ¿Por qué los profesores nos preguntamos tantas veces si hacemos bien nuestro trabajo?
    2. ¿Qué se puede hacer en un grupo en donde lo que teje un profesor-actor en una clase se desteje en la siguiente por otro profesor?
    3. Lo de siempre: profesor, educador, pedagogo, psicólogo, actor, payaso, policía, juez, padre, madre, confidente... ¿hay algún manual?
    ¡Felicidades a todos!: el mero hecho de plantearnos algunas cuestiones es suficiente para pensar que somos buenos profesionales. ¡Feliz verano!

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  16. Conocí a Marcos, en una conferencia que dió Elizabeth Coelho hace un tiempo en la Casa de la Cultura de Barakaldo. Y me habló de Tres Tizas, por aquel entonces estaba todavía creandose. Yo hoy con mucho más tiempo que durante el curso me he metido a curiosear y puedo comprobar que es una buenísima herramienta para el profesor en todos los aspectos. Felicidades, muy buena labor.

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