Páginas vistas desde Diciembre de 2005




martes, 18 de diciembre de 2007

Leyendo

Una clase de lectura es un espacio de silencio compartido. Los alumnos-lectores saben que tienen que traer sus libros y fallan pocos. Me asombra que la experiencia haya calado tanto en el trimestre que llevamos de práctica. Al principio cuesta conseguir el silencio. Hay varias llamadas de atención del profesor. Varios shhhhsssss imperativos, que poco a poco van haciendo desaparecer el rumor del aula. Veo a mis alumnos cautivados por la lectura. No todos por igual. Hay algunos de ellos que no traen ningún libro y se pasan la hora distraídos o cuchicheando. Hay dos focos de distorsión en la clase. Intento controlarlos con la mirada. La muchacha que lee Flores en el ático de V.C. Andrews está embebida, pero observo que silabea mientras está leyendo. No levanta la vista durante toda la hora; igual que el muchacho de origen georgiano que lleva dos meses leyendo Las uvas de la ira de Steinbeck. Se atascó durante un tiempo y ha necesitado llegar a la página 400 para que la novela le resulte absorbente. El final es inolvidable. Los hay que leen El niño con el pijama de rayas o Drácula de Bram Stocker; otro lee El juego de Ender de Orson Card. Varios están abstraídos leyendo a Stephen King, largos novelones de más de 500 páginas o a Lovecraft en su libro La habitación cerrada. La metamorfosis o El extranjero de Camus forman parte del ambiente de la clase, igual que Escupiré sobre vuestra tumba de Boris Vian.

La concentración es intensa durante cincuenta minutos. El profesor lee también una antología de Juan Ramón Jiménez. Él también tiene derecho a leer. Reflexiona mientras observa a sus alumnos. Ésta es una experiencia aprovechable. Un espacio de silencio y lectura. La próxima semana –se dice- les traeré una cinta de Bío música, esa música relajante que induce a la concentración.

Un fenómeno que se incorpora es que los alumnos traen sus propios libros de lectura, libros no recomendados por el profesor. Una alumna ha preguntado si puede leer El código Davinci. Sin pensarlo demasiado, le ha contestado que no. Bueno, leerlo, claro que puede leerlo, pero valer para la asignatura, pues no. Pero no lo tiene claro. Le duele que ese best seller pueda valer tres puntos en la evaluación. Él ha procurado que los libros leídos sean de una cierta calidad y teme las aportaciones de los alumnos, aunque a la vez eso significa que están apuntados al carro de la lectura. Otra alumna, cautivada por Flores en el ático está buscando la continuación titulada Pétalos al viento. Alguna otra se ha agenciado 97 formas de decir te quiero. El profesor teme la literatura juvenil pero entiende que ha de permitir la libre expresión de los alumnos.

Curiosamente hoy los alumnos de cuarto de ESO han contestado en el blog de la clase a un decálogo irónico que hace unos días planteaba Antonio Solano en su blog Repaso de Lengua. No les he querido explicar la intención del autor, y ellos espontáneamente le han contestado como pueden ver los lectores de mi blog. La mayoría, para mi sorpresa, defienden la lectura como una actividad convincente. Puedo aclarar que no han contestado condicionados por lo que se supone que habrían de responder. Las respuestas, plagadas de faltas de ortografía, se pueden seguir en su genuina espontaneidad. Los adolescentes con los que tratamos no suelen decir aquello que está programado. Suelen ser sinceros y más cuando el magnífico post citado no revela su intención en un primer nivel de lectura. Ellos se lo han tomado en serio y le han respondido en serio.

Creo que el objetivo de que les guste leer y que lean está siendo conseguido. El problema siguiente es cómo verbalizan su experiencia lectora. Sus palabras son escasas y torpes. Les falta –lógicamente- una formació literaria. La literatura es la pariente pobre de los planes educativos. Prácticamente se ha extinguido en esa combinación de Lengua y literatura que se estila en la ESO y Bachillerato. Me gustaría ver a estos alumnos pudiendo haber estudiado Historia de la Literatura en condiciones. Me los imagino empleando un lenguaje especializado para describir las obras que están leyendo. Toda materia estudiada se asimila cuando se adquiere un léxico apropiado. Ellos, desgraciadamente, no han tenido esa oportunidad, y el profesor ha de contentarse con su espontaneidad y sus limitados recursos. Pero estos valen su peso en oro. Hoy está contento de estos adolescentes absorbidos por el hechizo de los libros.

21 comentarios :

  1. JL, me hubiera gustado mucho tu clase. Muchísimo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Joselu. He pasado un rato estupendo leyendo los comentarios que me citan como "ese hombre" (casi como citaban a Franco en el Nodo).
    Creo que una de las cosas que más les ha marcado es lo de la ceguera. Fíjate que en nuestros tiempos eran las pajillas las que amenazaban nuestra visión (según los santos varones que nos guiaban espiritualmente).
    No me enrollo. Todo esto demuestra que el sistema es una cosa, y los docentes y los alumnos otra. El esfuerzo produce frutos aunque lo boicoteen y tú lo sueles demostrar a diario. Un saludo y felices fiestas.

    ResponderEliminar
  3. dos apuntes complementarios:

    * me tocó sustituir al profesor de Lengua en un 4ºEso (el "bueno" académica y actitudinalmente), en la clase de lectura, esto es, la última hora de un viernes. eché mano de la novela que entonces llevaba en el bolso (La dama del lago, de Chandler).

    los alumnos me pidieron leer en el soleado patio y accedí, más por mostrarme comprensiva y flexible que por convicción. así fue. se sentaron en grupo y adoptaron múltiples posturas mientras intentaban leer. creo q uno hssta se puso boca abajo en un banco.

    yo pensabs que si me veían concentrada leyendo y disfrutando (suelo gesticular cuando leo, me han dixo) ellos se animarían a enfrascarse en sus lecturas.

    estaban muy inquietos moviéndose continuamente y cuchicheando en los grupos.

    no quería enfadarme y volver al aula, por lo que abandoné mi letura y di "una ronda" interesándome por lo que leían.

    todas las lecturas opcionale sme parecieron banales y fantasiosas. ninguno me habló con entusiasmo de lo que estaba leyendo y sólo los más responsables aprovecharon aquella hora.

    * en la sesión de evaluación, en el informe que nos han transmitido han valorado muy positivamente que tengan esa hora semanal de lectura dado, y como han dicho ellos mismos, ni tienen tiempo ni les gusta leer.

    ResponderEliminar
  4. ¡Joselu!
    Este campo de la lectura ya hace tiempo que cada vez me llama más la atención...Tenemos tantas posibilidades los profes de literatura para hacer amar los libros, y al ceñirnos a una lectura única se la hacemos aburrir...Pero ¿cómo organizar lecturas múltiples paralelas? Tu sistema de la lista previa, visita a la librería y luego la creación en el blog me parece muy acertado. ¡Felicidades por tu idea, y por su aplicación!! Me gusta eso de que el profe lea también para dar ejemplo. Y, ¿acaso no tenemos derecho a disfrutar también? Sí, creo qeu se enseña más con la actitud que con las palabras.
    Creo que voy a probar a experimentarlo con mis alumnos adultos, de GES 3 (equivalente a 4º de ESO). Aunque muy distintos tienen problemáticas parecidas: poco hábito de lectura y formación lectora, disparidad de intereses, rechazo a priori al "libro obligatorio"...
    La asignatura que tengo que impartir el segundo trimestre es "El club del llibre." ¿Qué mejor que intentar convertirlo en un diálogo continuo sobre los libros? Tomo tu lista inicial de lecturas de inspiración para hacer la mía...Ya te contaré cómo me va el experimento.
    Un saludo y feliz final de trimestre.

    ResponderEliminar
  5. En una noche de insomnio te contexto.
    Consejo: no les pongas música, por lo menos la próxima semana.
    Me gusta cuando le dices NO a la del Código Davinci, se lo merece. En lo que llevo de docencia he regalado varios poemas y un solo libro el de Dam Brown; cuando lo leí supe que podía prescindir de él en mi lirería y que quizás le gustaría a aquella alumna. Hace poco me encontré con ella en el metro. Le pregunté: "¿Te gustó el libro?";"me gustó más la peli" contestó. Estoy seguro de que ni se leyó el libro, ni pagó para ver la peli se la bajó, fijo.
    Antonio tiene razón, la constancia y el esfuerzo da buenos resultados.
    Salud y felices pascuas

    ResponderEliminar
  6. ¡Me alegro contigo!...
    Otra vez gracias por la experiencia... Voy a intentar algo similar con los de tercero en la segunda evaluación... Repasaré la lista de tus lecturas (veremos cuáles se pueden recomendar a estos casi iletrados) y buscaré algunas más sencillas...
    Es verdad que hace falta más para poder explicarse lo que uno lee: ¡bueno, es el principio! ¡Ya tenéis lo más importante!
    Me alegro, me alegro mucho contigo... ¡compañero y colega! (Viva la etimología y la literatura).

    ResponderEliminar
  7. Enhorabuena por la experiencia porque quizás muchos de ellos continúen toda su vida con ese hábito. Y ese sí que será para ellos un verdadero patrimonio.

    ResponderEliminar
  8. sólo sé que me dan envidia tus alumnos, ojalá volviera a los 16 y pudiera pasar por tus clases, qué suerte tienen! por favor, síguenos contando!

    ResponderEliminar
  9. Sobre tu post, sólo decirte que me encanta la sensación de enfrascarme en un escrito y de repente "despertar" de mi letargo, ver que han pasado horas, que tengo las orejas frías y las manos sudorosas y no me he dado ni cuenta por el universo en el que estaba a causa del libro.



    Sobre tu comentario:

    Vaya. Si le suspendiste pese al trabajo, tus razones tendrías, y eso pensará él, pues no te lo echó en cara.

    Lo cierto es que este director me gusta mucho pese a que el cine no me quita demasiado el sueño. Y como la película me dejó con la boca abierta, me estoy zambulliendo ahora en el libro.
    ¿Sabes?, me estoy endureciendo, fortaleciendo; hace años no podría ni haber visto la película ni leer el libro. ¿Una buena señal?

    Lo que no es una buena señal es que las cosas seguramente empeorarán para Núria si vuelve al colegio. Ya verás la razón. =(

    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  10. Yo suelo contarles los principios de mis novelas favoritas... los llevo hasta un punto de misterio y de suspense y... les digo -en bachillerato- que lo acaben ellos. Suele funcionar al principio pero luego... A veces, para poner un ejemplo o hacer una digresión digo: "os contaré que en una novela maravillosa... aparecía..." y todos gritan:
    - Noooooooooo, profe ¡nooooooo! que luego no nos cuentas el final y hay que leérselo!!!
    Son geniales...cuando nos dejan llegar a ellos, ¿verdad?
    Saludos
    Redonna
    http://blogs.hoymujer.com/losburkasdeoccidente

    ResponderEliminar
  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  12. Los míos entienden algo pero te cuesta la misma vida saber si es así, porque no saben expresarse, y si dicen algo que no es lo que quieren decir, simplemente, les da igual...

    ResponderEliminar
  13. Creo que en esta sesión que describes hay dos victorias ganadas, la de la lectura y la del silencio.

    En un entorno ruidoso como el que vivimos, que los centros educativos encuentren espacios de reencuentro personal a través de la lectura, me parece un logro.

    En las sesiones de lectura, observo a veces a algún alumno distraído, que no lee. Su actitud es de inactividad total, pero no intervengo hasta el final. Entonces, valoro con él el porqué de su pasividad. He tenido auténticas sorpresas.

    La batalla de la lectura hay que empezarla por ganar la del silencio.

    ResponderEliminar
  14. Mmmmmmmmmmmmmm, no sé: yo me aficioné a la lectura con los tebeos y las clases de Historia de la Literatura me aportaron datos, pero no la emoción que produce un libro, cualquier libro, aunque la emoción -claro está- sea de distinta índole según la calidad literaria de la obra.

    ResponderEliminar
  15. Por cierto, Máximo, perdona la impertinencia, pero estás en Educación, por lo que he visto, y ¿"contexto"? ¿del verbo "contextar"?

    ResponderEliminar
  16. humo no te preocupes. Estoy en Educación y tengo EDUCACIÓN. Por lo que te agradezco el apunte. Feliz Navidad a todos los lectores de Joselu, incluso a tí (ya sé que es diacrítica, o no, quizá sólo o únicamente lleve mí y no tí. Me da igual amigo humo, en finnnnnnn... Feliz Navidad para ti también "vendedor de...") humo.
    Salú y viva la imperfepzión

    ResponderEliminar
  17. Todo me resulta exquisito.La clase sumida en plurales lecturas.Parece una escena de otro tiempo.Tu labor es magnífica;no tiene precio.
    Te deseo unas felices fiestas y te mando un fuerte abrazo, querido amigo.

    ResponderEliminar
  18. Joselu:
    Siempre tan interesante tu relación con los alumnos, la motivación que les inculcas. Ya sabes lo mucho que te admiro. Hoy me dejo caer para felicitarte la Navidad.
    ¡Feliz Navidad!. Paz y bien para todos. Que buena falta le hace a este mundo.

    ResponderEliminar
  19. Ojalà todos los maestros de secundaria llevaràn de la mano a sus alumnos al encuantro con la palabra escrita.Felices Pascuas e igual Año Nuevo JOSELU, un saludo desde el otro lado del ocèano.

    ResponderEliminar

Comentar en un blog es un arte en que se recrea un punto de vista razonado, emocionalmente potente.

Selección de entradas en el blog