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miércoles, 8 de noviembre de 2006

Prevención del acoso escolar


En nuestro centro existe una coordinación de Mediación escolar que fomenta el diálogo y los acuerdos firmados o pactados como modo de reconducir los conflictos interpersonales. El tema es complicado porque no abunda la concepción de resolución pacífica y consensuada de conflictos. Los alumnos son más partidarios de la acción directa, en la calle, bien en el plano individual o de grupo. Esto de la mediación se ve como “una blandura ineficaz” que no sirve para mucho. Veo a la coordinadora de mediación luchar contra la falta de fe en sus medios y la indiferencia.

Pero es otro el tema del que quiero hablar. Las noticias de los últimos años han puesto de relieve un problema candente que siempre ha existido en la escuela pero que con la aplicación de la Reforma educativa se ha acentuado: es el llamado “acoso escolar”, el célebre bullying que se ha hecho tristemente famoso a partir del suicidio de Jokin hace dos años en Hondarribia, o el caso más reciente de una muchacha de Ponferrada que fue acosada, perseguida y golpeada por compañeras suyas hasta que en una caída se rompió la pierna.

Para prevenir y conocer el estado de la cuestión, en mi centro se ha pasado una encuesta para responder anónimamente en la que se les interroga a los alumnos sobre múltiples ítems que se refieren a los malos tratos físicos y psíquicos. En los resultados de la encuesta se observan algunas constantes.

La mayor parte reconoce no recibir malos tratos físicos, pero sí que son observadores de malos tratos físicos a otros compañeros del instituto como “impedirles ir a algún lado”, “obligarles a hacer cosas que no quieren hacer”, “cogerles cosas” y “darles golpes”. Cuando se trata de señalar a quiénes son los agresores responden que no lo quieren decir, aunque sí que los conocen., o bien responden con algún genérico de que son chicos o chicas que, generalmente, van en grupo.

Sin embargo, el dato más sorprendente es cuando pasamos de la violencia física a la psíquica porque ahí la mayoría se reconocen víctimas. Entendemos por violencia psíquica los insultos, el uso de motes despectivos, burlas o comentarios que ponen en ridículo, humillaciones varias, hablar mal de uno por detrás o también la discriminación con palabras despectivas por ser de otro país, por el aspecto físico o la manera de ser. Sin embargo, nuevamente nos enfrentamos al pudor o prevención ante la denuncia de los agresores. No hay una cultura de la denuncia de la agresión quizás porque se considera ineficaz o contraproducente.

Los lugares de las agresiones son no tanto en clase que es cuando el profesor puede controlar la situación sino preferentemente en el patio, en los pasillos o en el aula cuando no está el profesor y, atención, a la salida del instituto.

Una parte significativa se reconoce como agresor psicológico sobre todo en asuntos como la discriminación por lugar de origen o reírse de alguien al que se considera diferente o inferior.

En todo caso, es aplastante la mayoría que se identifican como testigos de agresiones psíquicas como las que hemos citado arriba (insultos, motes, amenazas, discriminación racial o cultural). El lugar preferentemente es en el patio, en los pasillos o a la salida del instituto.

Como conclusiones podemos extraer, sin cuantificar porcentajes aunque sí tendencias, es que la realidad del acoso escolar es un hecho cotidiano y extendido con predominio en su gran mayoría de la agresión psicológica y en último extremo física.

La escuela es el reflejo de la sociedad en un estado más primario y elemental. Cuando nos hacemos mayores aprendemos en general a reconducir nuestros conflictos por vías más civilizadas (aunque cabría hablar de la violencia psicológica en las empresas o cuando nos ponemos al volante, en las relaciones domésticas o de vecindad…) Nuestros alumnos reproducen esquemas violentos como agresores o como víctimas propiciatorias -hay alumnos que atraen la violencia de modo generalizado-.

Es difícil actuar contra los agresores. Son hábiles o taimados y se saben escudar muy bien. Sólo cuando sucede algo muy llamativo como una agresión física o psíquica incontestable podemos intervenir y sancionar. Entre tanto, la escuela obligatoria es un territorio peligroso y claramente violento. Aprender a navegar en medio de tanta agresividad forma parte del aprendizaje de la vida. Un duro aprendizaje, al que quizás hoy estamos prestando una mayor atención que en otros tiempos, pero que siempre ha existido. La vida está marcada por la crueldad como decía Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia de Pío Baroja. Pero es difícil o imposible evitarla en su descarnada realidad. Lo más que podemos hacer es una tarea de prevención o concienciación en los estadios iniciales, y de denuncia y sanción cuando las pruebas son evidentes. También podemos encaminarnos a la búsqueda de un cierto equilibrio en las relaciones sociales mediante la educación y los valores humanos, pero su erradicación es un objetivo improbable de alcanzar. Lo que no significa que no luchemos por ello.

16 comentarios :

  1. Tenía trece años cuando leí "El árbol de la ciencia". En medio de las clases de filosofía. Prefiero a Baroja que a Descartes, está claro...

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  2. En Cataluña es un libro proscrito en los planes educativos incluido el bachillerato. No sé bien por qué, porque cuando se leía en COU tenía un considerable éxito. Es un libro de maduración y de intensa reflexión sobre la vida.

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  3. ¿Cómo puede estar proscrito?
    Me parece increible.

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  4. Nadie ha dicho que esté "proscrito", es una interpretación mía. Lo cierto es que desde hace doce años no entra en las lecturas obligatorias para las pruebas de las PAAU ni en el área de Literatura ni de Lengua Castellana. Fue una novela emblemática en la literatura de COU. Quizás sea esto lo que hace que no entre en los planes de los coordinadores de las pruebas. Otra razón no alcanzo a adivinarla. En la práctica, es un libro desaparecido en estos pagos.

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  5. Hola Joselu, tu artículo es una síntesis acertadísima de lo que ocurre en nuestros centros. Lo subscribo palabra por palabra.
    Yo creo firmemente que nuestros jóvenes no son más que consecuencias (o víctimas ) de la sociedad que les ha tocado vivir y que la agresividad está en el ambiente. Lo que ocurre es que en un centro educativo convivimos mucha gente en muy pocos metros cuadrados, y el choque es inevitable.

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  6. Cuidado sobre todo con los observadores, esos espectadores de lujo que impasiblemente ven como la injusticia se consolida a su alrededor. Hoy mismo he tenido que sustituir a una compañera y entre bromas un alumno le dijo a otro: "¡qué pasa me vas a hacer bullin!". Está socializado el término y existe una perversa habituación al acoso entre ellos. GRACIAS blogmaestro por detenerte de vez en cuando en mi bitacora, me entusiama que un buen (no te conozco pero te leo) profesor de "lite" juzgue que mi prosa es interesante.
    Salud

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  7. A mí también me preocupa el tema y sobretodo porque los alumnos no delatan a los agresores. ¿Son ellos conscientes que por encima de todo tienen derecho a ser respetados? ¿Piensan que después de delatar el sistema no les protegirà lo suficiente? ¿Tienen miedo de lo que pueda pasar en la calle? ¿Hay demasiados puntos calientes en los institutos? Sería importante hacer con los alumnos un análisis de las distintas figuras implicadas en el bullying y del papel fundamental de los observadores como personas que pueden ayudar a parar el acoso. Podrían buscarse fórmulas anónimas y confidenciales de delatar a los agresores.

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  8. No quiero ir a contracorriente, pero yo he conocido bastante más acoso psicológico de los profesores a los estudiantes que viceversa. Soy testigo de la falta de respeto, de la agresividad, del menosprecio y hasta del insulto que muchos profesores utilizan habitualmente en sus relaciones con los alumnos. En suma, una falta de profesionalidad absoluta. Y aún se mantiene lo que, para muchos, es, sin duda, un hábito arraigado; su manera de estar en el mundo: abusar del débil. Es lo típico de todas las instituciones fuertemente jerarquizadas. ¿No deberían los profesores acostumbrarse a tenerles, a los alumnos, un respeto exquisito? Ello no impide, por supuesto, que pidamos un endurecimiento y agilización de las sanciones, y que a quienes no han aprendido aún los rudimentos de la educación general básica de la convivencia se les devuelva sus casas para que sean sus progenitores quienes los padezcan.

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  9. Me alegro de entras de nuevo en el blog. El tema está candente. La manifestación ha dado la vuelta al ruedo. La verdad es que educar es muy difícil y también que la sociedad va cambiando a una velocidad de vértigo. Seguro que la violencia no es más que uno de los muchos rasgos que tiene nuestra sociedad actual. La solución tiene que ser optimista. Pasa por dignificar la figura del profesor y por poner más gotas de amor donde otros ponen violencia.
    Lástima que Baroja no figure en los planes educativos. ¿Entra la generación del 98 en esos planes o también ha sido proscrita?.

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  10. Realmente el acoso escolar es un problema bastante grave. Como alumna se que pasa en todos los centros, ya que en todos los que estuve (fueron solo 4, pero ya es suficiente) ocurre.
    Cuando iba a la ESO en mi instituto se organizó un grupo de profesores que levantaron esto llamado mediación. Fuimos el primer instituto, al menos en sant boi, en llevar a cabo esta iniciativa, y yo soy producto de esa primera generación de mediadores escolares en aquel instituto.
    Los problemas entre alumnos no acaban aunque existan este tipo de iniciativas. Es mas fácil callar que dar la cara.
    Simplemente queria expresar mi opinión respecto a este tema, ya que lo he vivido en varias de sus perspectivas. No creo que la culpa sea de los alumnos, de los padres, de los profesores... no creo que haya culpable alguno de nada de lo que ocurre. Simplemente, siempre hemos vivido asi.

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  11. En mi instituto empezaremos ahora a hacer un curso sobre mediación, para ver si el año que viene podemos empezar a resolver algunos problemas que detectamos, a través de la mediación, aunque estoy convencida que, sin saberlo, ya mediamos más de una y de dos veces.
    Hay muchos de mis compañeros que no creen en esto de la mediación (sólo nos hemos interesado 15 de los 50 que somos en el claustro)pero creo que debemos poner todo lo que tengamos a nuestro alcance para reconducir una situación que a veces se nos escapa de las manos.
    Pero no hay que ser pesimista, solo hace falta demostrar que la mediación es útil, tanto a los alumnos como a los profesores.

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  12. Joselu: lo que dices es universalmente vàlido, y creo se torna mas vehemente a partir de la creciente cosificaciòn de nuestras sociedades.
    Un abrazo

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  13. La vida se encarga de emparejar cuentas, me parece a mi, en la mayoría de los casos... Me regresa a la memoria uno de los "acosadores" de mi clase en los años de intermedia y secundaria. Nunca tuve problemas con él, pero fue porque aprendí a evitarlo. A muchos otros les sacaba sangre... Bueno, el caso es que durante uno de los regresos a mi tierra busqué reunirme con mis ex compañeros de clase, incluyéndolo a él. Unos pocos gozaban de cierta estabilidad, otros hacían la lucha y otros vivían una lucha constante -- el acosador entre estos últimos. Su trabajo en ese tiempo --no me invento esto-- consistía en limpiar estiércol. Me hace pensar esto que tal vez haya mejores resultados en enseñarle a otros a no ser víctimas que en tratar de domar a los victimarios.

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  14. Ahí va la nefasta crítica de sobre el videojuego "Canis Canem Edit" para la Play2 que muchos alumnos quieren tener y que va de peleas en el colegio.
    Un alumno me cuenta que incluso se puede pegar al profesor. En fin, preguntad a vuestro alumnado a ver si lo primero que os dice no es ´"Ah! si el juego de bulin!"

    Crítica
    "Gamberradas en el cole
    El juego Bully, rebautizado como Canis Canem Edit, del latín 'perro come a perro', dista mucho del sambenito de bulling que se le colgó. Este juego para Playstation 2 (56 euros) es un simulador de travesuras. El lanzamiento de bombas fétidas, rotura de cristales con tirachinas, las chinchetas y la tinta china se cuentan entre las acciones para delatar a chivatos, poner en evidencia a mentirosos y delimitar los dominios de los abusones. La habitación es el centro de operaciones, y el objetivo, ganar popularidad. Hay que ir a clase, de lo contrario te castigan con quitar la nieve a recortar el césped del campus. Perder la noche tampoco es buena idea, pues el cansancio hará mella en el protagonista.

    Libertad de movimientos y situaciones sin precedentes en el mundo del videojuego. Merece una oportunidad."


    No sólo se crea el juego sino que algunos hasta lo promocionan, dandole una oportunidad

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  15. Creo k mi prima sufre acoso. El caso es que se burlan constantemente de ella,hay uno en su clase que se pone a contar chistes de ella para que los demás se rían. Además hay una chica que le da patadas constantemente. El curso pasado ella y otras más le pegaron y en su cole no paran de decir que es una marginada. Ella a menudo se pregunta porqué le pasa todo eso. ¿Alguien me podría decir que es lo que ven en una persona para cogerla así con ella? Mi prima no les ha hecho nada a ellos...

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  16. Yo no sé si es porque soy tímido pero en el instituto me rechazan. Huyen de sentarse conmigo o de ponerse conmigo para cualquier cosa de clase.¿Eso es acoso?

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